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Obsesión por la libertad

Diálogo con Ana Blandiana, por Marialuz Albuja y César Eduardo Carrión

Número revista:

9

En estos días en que el mundo retrocede hacia la exacerbación del odio y de las divisiones, resulta vivificante haber conversado con la poeta Blandiana, una creadora excepcional que ha sobrevivido no solo al acoso de la censura en la Rumanía del siglo XX, sino también a cualquier encasillamiento debido a su postura de rebeldía. Esto significa que su lucha desde la escritura libró una batalla de doble filo: la supervivencia a través de la libertad creativa y la consecuente clarividencia para evitar que su trabajo literario e intelectual cayera en el realismo socialista que tanta fuerza cobró debido a las circunstancias en su país.


Si bien su obra demuestra un notable interés por lo histórico y lo político, su poesía ha sabido indagar en el misterio de forma auténtica, sin someterse a lo coyuntural o pasajero, lo que ha hecho de su producción un fenómeno que atañe al ser humano desde su universalidad. La presencia del dolor como fenómeno existencial, la resistencia del ser que enfrenta el paso del tiempo, mientras hurga en el enigma de la eternidad, son los móviles de una obra que se ha mantenido a salvo incluso de los conceptos dictatoriales del tercer milenio, como lo políticamente correcto y otras censuras que ella considera equiparables a las impuestas por regímenes caducos.


Ahora, cuando la guerra nuevamente se gesta en Europa del Este, demostrándonos que la historia “se prepara para reinventar la migración de los pueblos”, la poesía se sigue erigiendo como una respuesta insobornable. Y, dentro de la poesía universal, la propuesta estética y ética de Ana Blandiana constituye una puerta que nos conduce a la búsqueda de libertad. No ejercerla, sería un pecado.

Marialuz Albuja & César Eduardo Carrión (MA/CEC): ¿Cree usted que su poesía pudo haber tomado otro rumbo de no haber existido la imposición del realismo socialista sobre los creadores rumanos y, en general, sobre Europa del Este? ¿Cómo afectó a su escritura el hecho de que su obra haya sido prohibida por tres dictaduras comunistas?


Ana Blandiana (AB): Yo también me lo he preguntado a veces, y cuando lo hacía descubría con cierta perplejidad que me faltaba imaginación para imaginar mi evolución en un mundo en el que no me viera obligada a oponerme. No me refiero al realismo socialista, que fue rechazado por mi generación, se había vuelto ridículo y había perdido el poder represivo que funcionaba de forma espectacular en las primeras décadas de la posguerra. Me refiero al acoso de la censura en medio de la cual crecí y me formé, que obviamente me influyó. Sin embargo, paradójicamente, esta influencia no disminuyó mi espíritu creativo, ni la fuerza vital liberada en la escritura, sino que podría decir que lo potenció, en el sentido de que la represión desencadenó mi obstinación y me obligó a no rendirme. Esto no quiere decir que mis poemas y escritos fueran polémicos –salvo algunas excepciones que se han hecho famosas–, sino que lo que no consiguió destruirme logró fortalecerme. Incluso las tres prohibiciones fueron períodos en los que la depresión se vio superada por la obstinación de no abandonar y de seguir escribiendo, incluso cuando no tenía ni el suficiente optimismo ni la suficiente fantasía para imaginarme el momento en que alguna vez se publicaría. Por ejemplo, escribí la novela El cajón de los aplausos durante un período de prohibición con la sensación de que estaba trabajando en un libro póstumo. Me resulta difícil imaginar que todas estas cosas no hubieran existido y no estoy segura de que, sin la constante necesidad de defenderlas, la libertad no se hubiera vuelto perezosa y mi capacidad para mantener el entusiasmo –en griego, la raíz de entusiasmo es theos, que significa dios– no habría flaqueado.


MA/CEC: Su poesía es muy íntima y personal, pero al mismo tiempo es profundamente filosófica y universal. ¿Cree posible hablar sobre lo íntimo sin descubrir en dicho ámbito la resonancia del todo? ¿Considera que su poesía, en este sentido, es también esencialmente política, combativa, rebelde?


AB: Como persona, como intelectual, me interesa el mundo y mi país, lo social, lo histórico y lo político; soy combativa y quizás hasta rebelde, rasgos que mi yo ha tratado de trasladar a la poesía que ha escrito. Sin embargo, de manera extraña, sin preguntarme y un poco en contra de mi voluntad, la poesía ha creado un cuidadoso filtro para eliminar todo lo que estaba demasiado ligado a lo contingente, todo lo que era demasiado fugaz y terrenal, los movimientos demasiado bruscos y las aristas demasiado afiladas, y ha mantenido de la historia solo el dolor, de la lucha solo la revuelta contra el mal y del paso del tiempo solo la eternidad.


MA/CEC: Háblenos de la importancia que tiene la simbología cristiana ortodoxa en su concepción del mundo y en su escritura. En este punto, ¿cómo influyó la historia de su padre en su vocación literaria?


AB: En el concepto de cristianismo ortodoxo, el primer término es mucho más importante que el segundo. El cristianismo es tanto más esencial cuanto más cerca está de Cristo, cuanto más precede la ruptura entre católicos y ortodoxos, la ruptura de la Reforma, y la ruptura de innumerables reformados. Para mí, ser cristiano significa amar al prójimo como a uno mismo y todo lo que deriva de eso, no solo desde el punto de vista místico de la trascendencia sino también de la historia. La ortodoxia me ha marcado no por los dogmas, sino por el estilo y las tradiciones, que se han vuelto populares y representan la conexión con los ancestros y el pueblo al que pertenezco. En cuanto a la influencia de mi padre, abarca ámbitos más amplios que el religioso: el cultural, el histórico, el político y, sobre todo, está la forma en que él vivió todas sus ideas y supo responder por ellas. No sé si su talento oratorio, su capacidad para retener a la gente en la iglesia bajo el poder de su palabra y su fe tienen algo que ver con mi talento literario, pero está claro que a menudo aparece como personaje y modelo en mis páginas, al igual que es evidente que tanto la obsesión por la libertad como la firmeza un poco exagerada de mis ideas morales provienen de él.


MA/CEC: En Variaciones sobre un tema dado, en su tránsito hacia la muerte, el ser amado atraviesa las fronteras del tiempo y el espacio, y nos lleva a cuestionar las nociones de la eternidad del tiempo y la fugacidad de la vida. ¿Se podría decir que la muerte resignifica la ausencia de fronteras en el mundo líquido de estos días? ¿Qué fronteras son realmente necesarias?


AB: Es evidente que la pandemia ha vuelto a poner en primer plano la noción de la frontera y de su utilidad. Además, se puede concluir que la noción de frontera puede ser no solo algo que se opone a los derechos humanos, sino también algo que los defiende y puede salvar sus vidas. Así como en su evolución la arquitectura ha pasado desde las celdas medievales a los modernos apartamentos sin paredes (aunque el precio siempre creciente de la energía sugiera irónicamente lo contrario), la política intenta dibujar mapas sin fronteras, mientras la historia se prepara para reinventar la migración de los pueblos. Pero en lo que concierne al más allá, igualmente dividido en los dos extremos de la vida entre el antes del nacimiento y el después de la muerte, la situación es inversa. Todo ello no es más que una convención inventada por la gente para entenderlo con más facilidad y ser capaces de gestionar el misterio. Pero es una convención pensada a medias, carente de equilibrio. Desde hace 700 años nos movemos por una arquitectura imaginada de manera mística por Dante, olvidando que al otro lado de la vida se encuentra, sin explorar, la mancha blanca del no-ser primordial.


Pero, ¿no sería más sencillo aceptar que somos como plantas que pasan de la semilla a la flor, de la flor al fruto, y de nuevo a la semilla que descansa en el abono, sin que se dibujen fronteras en el misterio que es por sí mismo inescrutable?


MA/CEC: Los opuestos parecen jugar un papel fundamental en su obra. ¿Es posible concebir una poesía sin antagonismos o solamente desde las oposiciones es posible la creación poética? ¿Qué discrepancias considera fundamentales en la concepción de su universo poético?


AB: Nunca pensé en estos términos en mi escritura, pero su pregunta me obliga a aceptar que es natural que así sea, ya que he pasado toda mi vida en la oposición: hasta 1989 ante la dictadura, la represión, la mentira y la manipulación; hoy, ante la cultura de la cancelación, de lo políticamente correcto, que en realidad supone una regresión a lo que conocí hasta 1989: dictadura, represión, mentira y manipulación.


La poesía solo recoge esta resistencia continua y la transforma en algo más profundo, misterioso e indecible, en un miedo ante el mal que abarca el tiempo convertido en historia, como una mancha de aceite que se extiende sin cesar sobre la superficie del océano planetario.


MA/CEC: Resulta muy claro que los temas que trata su obra y el modo en que lo hace constituyen una búsqueda de libertad creativa y un reclamo de libertades individuales y colectivas. ¿Cree que este sea un rasgo en la poesía rumana actual? ¿Será ese el legado de la poesía de Ana Blandiana?


AB: Me parece natural que sea así, ya que durante más de la mitad de mi vida he vivido en una sociedad en la que la libertad era el sueño secreto e inalcanzable de cada uno. Dado que la libertad es una noción vectorial, brilla más en el camino hacia ella y solo existe realmente en la mente de quienes se esfuerzan por conseguirla. De lo contrario, una vez que la tienes, cuando ya no está amenazada, cuando ya no necesitas el valor para ser libre, la libertad se vuelve perezosa, su valor disminuye, y una libertad que no se usa es un pecado mortal. Estoy segura de que estas ideas y estos sentimientos pertenecieron a todos mis compañeros de generación, pero no estoy segura de que hayan pasado sin cambios a las siguientes generaciones que nacieron libres y para quienes la libertad es un hecho sin sentido, casi invisible.


MA/CEC: ¿Qué comparte la Blandiana ensayista con la poeta?


AB: Se trata de una relación de complementariedad. El ensayista trata de analizar y comprender lo que hace el poeta que sigue leyes no formuladas o, tal vez, imperativos divinos. El poeta siente el universo, el ensayista lo piensa.


MA/CEC: ¿Por qué escribir poesía hoy y, sobre todo, por qué leerla?


AB: Porque la poesía puede salvar el mundo, y la gente –aunque sea una pequeña minoría– lo percibe. El hecho de que en las décadas posteriores a la ocupación soviética, en las cárceles llenas de presos políticos de Rumanía, la gente resistiera psíquica y físicamente componiendo poemas que se transmitían por el alfabeto morse y que, a falta de lápiz y papel, se aprendían de memoria; el hecho de que, en la desesperanza de los años 70 y 80 del siglo pasado, en todos los países comunistas las tiradas de los volúmenes de poesía fueran astronómicas y los poetas fueran tan conocidos como los cantantes de rock de hoy en día; el hecho de que desde hace décadas el número de festivales de poesía haya aumentado exponencialmente en un intento de la gente por protegerse del exceso de consumismo y de materialidad; todo eso representa pruebas de la salvación a través de la poesía, o al menos del sueño de una solución así.




Ana Blandiana (Timișoara, Rumania, 1942)

Ana Blandiana (seudónimo de Otilia Valeria Coman) es una poeta, ensayista y activista por los derechos civiles rumana. Blandiana es una de las figuras literarias de Rumania, crítica del aparato político y de censura comunista de Nicolae Ceaușescu. En 1982, recibió el premio Herder de la Universidad de Viena por el conjunto de su obra literaria. En 2005 ganó en Italia el Premio Literario Giuseppe Acerbi, premio especial de poesía, por su obra Un tempo gli alberi Aveva gli occhi (Editrice Donzelli, 2005). Ha recibido también el Premio Internacional de Poesía Camaiore (2005), y el premio “Poeta Europeo de la Libertad” (Gdansk, Polonia, 2016) para el libro de poemas Mi Patria A4 (2010). En 2017, fue galardonada con el Griffin Excellence in Poetry Award (Toronto), un premio que consagra el reconocimiento de los logros poéticos de toda la obra. En 2019 recibió el premio La Corona de Oro de la Academia de Artes y Ciencias de Macedonia de Norte (Struga); el Premio Internacional de Poesía Jan Smrek (2019, Bratislava Eslovaquia), y el Premio Internacional Fondazione Terzo Pilastro (Roma, 2020). Como novelista, su libro Applausi nel cassetto ha sido finalista del Premio Strega Europeo 2021.


Fue presidenta de la Alianza Cívica y directora del Museo Memorial de las víctimas del comunismo en Sighet. Es autora de más de treinta libros de poesía, ensayo, narrativa fantástica y novelas. Su obra se ha traducido a 24 idiomas. Es presidenta de honor del PEN de Rumania, miembro de la Academia Europea de Poesía, de la Academia de Poesía Mallarmé y de la Academia Mundial de Poesía (Unesco). Doctor Honoris Causa de la Universidad de Salamanca 2021.


César Eduardo Carrión (Quito, Ecuador, 1976)

Ha publicado los libros de poesía: Es lodo y es polvo y es humo y es nada (2019), Emboscada (2017), Cinco maneras de armar un travesti (2011), Poemas en una Jaula de Faraday (2010), Limalla babélica (2009), Pirografías (2008) y Revés de Luz (2006). Ha publicado los libros de ensayo: El deseo es una pregunta (2018), Habitada ausencia (2008) y La diminuta flecha envenenada (2007). Fue miembro de las revistas de poesía y ensayo Ruido Blanco y País Secreto. Es Doctor en Literatura Latinoamericana por la Universiad Andina Simón Bolívar. Fue Director de la Escuela- de Lengua y Literatura, del Centro de Publicaciones y Decano de la facultad de Comunicación, Lingüística y Literatura de la PUCE.


Marialuz Albuja (Quito, Ecuador, 1972)

Magíster en Estudios de la Cultura con mención en Literatura Hispanoamericana por la Universidad Andina Simón Bolívar. Ha publicado los poemarios Las naranjas y el mar (1997), Llevo de la luna un rayo (1999), Paisaje de sal (2004), La pendiente imposible (2008), obra premiada y publicada por el Ministerio de Cultura del Ecuador, Detrás de la brisa (2013), colección premio César Dávila Andrade, Cristales invisibles (Gammar, Colombia, 2014) antología personal,  El último peldaño (2015) y Por estas voces (México, 2015). En novela ha publicado En caso emergencia (no) rompa el vidrio (Editorial SM, 2017), premio Darío Guevara Mayorga en categoría novela, y Maura (Editorial SM, 2018). Su obra ha sido traducida al inglés, portugués, italiano, francés, euskera y árabe. En literatura infantil ha publicado libros de relato y poesía: Cuando cierro mis ojos, Cuando duerme el sol, Aunque no sea cuento de hadas esta historia y De viento y sol. Es traductora, cofundadora del sello editorial Rascacielos y catedrática de la Universidad de los Hemisferios.

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Obsession with liberty


A dialogue with Ana Blandiana, by Marialuz Albuja and César Eduardo Carrión

Issue Number: 9


Translation from Spanish into English by: Martina Londoño

Reviewed by: Emilia Ortiz and Shubert Silveira


These days when the world is going back towards the exacerbation of hatred and divisions, it is exhilarating to have discussed with the poet Blandiana. She is an exceptional author who has survived not only the censorship harassment in 20th-century Romania but also any type of classification due to her rebelliousness. This means that her struggle from writing waged a double-edged battle: survival through the creative autonomy and the consequent perspicacity to prevent her literary and intellectual work from falling into the socialist realism that gained too much power due to the circumstances of her country.

Even though her work shows a remarkable interest in historical and political issues, her poetry has authentically inquired into the mystery, without submitting the conjunctural or temporary. This has made her production to be regarded as a phenomenon that concerns the human being from its universality. The presence of sorrow as an existential phenomenon, and the humans’ resistance to the passage of time while delving into the enigma of eternity are the motivations of a work that has remained safe from the 3rd-millennium dictatorial concepts, such as the politically correct and other censorships that she considers equivalent to those imposed by outdated regimes.


Now when war is once again brewing in Eastern Europe, proving us that history ‘is preparing to reinvent the migration of peoples’, poetry continues to stand as an incorruptible response. And, within universal poetry, Ana Blandiana’s aesthetic and ethical proposal constitutes an opportunity that leads us to the search for liberty. Not practicing it would be a sin.


Marialuz Albuja & César Eduardo Carrión (MA/CEC): Do you think your poetry could have taken another course had it not been for the imposition of socialist realism on Romanian creators and, in general, on Eastern Europe? How did the fact that your work was banned by three communist dictatorships affect your writing?


Ana Blandiana (AB): I have asked myself the same question several times. And while doing that, I discovered, with some perplexity, I lacked the imagination to picture my evolution in a world where I was not forced to object. I am not referring to socialist realism, which was rejected by my generation. It had become ridiculous and had lost the repressive power that worked spectacularly in the first decades of the postwar period. I am referring to the censorship harassment in which I was born and raised, which obviously influenced me. Nevertheless, this influence did not diminish my creative spirit nor the power released in writing. I would rather say it enhanced it in the sense that this repression triggered my obstinacy and forced me not to give up. This does not mean that my poems and writings were polemic —with a few exceptions that have become famous—, but that what did not kill me, made me stronger. Even the three prohibitions were periods in which the depression was overcome by the determination of keeping on writing. Still when I had neither enough optimism nor enough fantasy to imagine the moment when it would be published. For instance, I wrote the novel The Drawer of Applause during a period of restriction with the feeling that I was working on a posthumous book. It is hard for me to visualize that all these things would not have happened, and I am not sure that, without the necessity of defending them, freedom would not have become lazy and my ability to maintain the enthusiasm would not have weakened.


MA/CEC: Your poetry is very intimate and personal, but at the same time it is deeply philosophical and universal. Do you think it is possible to talk about the intimate without discovering in that area the resonance of the whole? Do you consider that, in this sense, your poetry is also essentially political, combative, and rebellious?


AB: As a person, as an intellectual, I am interested in the world and my country including the social, the historical, and the political. I am combative and perhaps even rebellious; traits that I have tried to portray in the poems I have written. However, strangely, without asking me and a little against my will, poetry has created a filter to eliminate everything that was too tied to the contingent, everything that was too fleeting and earthy, the movements too abrupt, and the edges too sharp; and has kept from history just the sorrow, from the fight, and the rebellion against the evil, and from the passage of time only the eternity.


MA/CEC: Tell us about the importance that Orthodox Christian symbology has on your conception of the world and your writing. At this point, how did your father’s story influence your literary vocation?


AB: In the concept of Orthodox Christianity, the second term is more important than the first one. Christianity is all the more essential, the closer it is to Christ, the more it precedes the split between the Catholics and Orthodox, the rupture of the Reformation, and the uncountable reformed people. For me, being a Christian means loving your neighbor as yourself and everything that comes from that, not only from the mystical point of view of transcendence but also the historical. Orthodoxy has marked me not for the dogmas, but the styles and traditions that represent the connections with the ancestors and the town I come from. Concerning my father’s influence, it comprises broader fields than the religious: the cultural, the historical, the political, and above all, the lifestyle in which he defended his ideas. I have no idea if his oratorical talent, his capacity to hold people in the church under the power of his word and faith have anything to do with my literary talent, but it is evident that he often appears as a character and role model in my pages. Just as it is obvious that both, my obsession for liberty and the exaggerated firmness of my moral ideas come from him.


MA/CEC: In Variations on a Given Theme (Variațiuni pe o temă dată), the loved one crosses the boundaries of time and space in his transition towards death, which leads us to wonder about the notions of the eternity of time and the transitory nature of life. Would it be said that death resignifies the absence of boundaries in today’s liquid modernity? What boundaries are really necessary?


AB: It is clear that the pandemic has foregrounded the notion of borders and its utility. Moreover, it can be concluded that this notion may not only be something against human rights but also something that defends them and may save their lives. Just as architecture has evolved from medieval cells to modern apartments with no walls, politics tries to draw maps without borderlines, while history is preparing to reinvent the migration of peoples. However, concerning the hereafter, also divided into two life extremes: before birth and after death, the situation is inverse. All this is nothing more than an invented convention to understand it more easily and be capable of managing the mystery. Yet, it is a half-baked convention that lacks balance. For 700 years, we have moved through an architecture mystically imagined by Dante forgetting that, on the other side of life, lies unexplored the white spot of primordial non-being.


But, wouldn’t it be easier to accept that we are like plants that go from seed to flower, from flower to fruit, and back to the seed resting in the compost without borders being drawn in the mystery that is by itself inscrutable?


MA/CEC: Opposites seem to play a fundamental role in your work. Is it possible to conceive poetry with no antagonisms? Or is poetic creation only possible from oppositions? What discrepancies do you consider fundamental in the conception of your poetic universe?


AB: I never thought in these terms about my writing, but your question forces me to accept that it is natural that this is the case because I have been in opposition my whole life: until 1989 in the face of dictatorship, repression, falsehood, and manipulation; today in the face of the culture of cancellation, of the politically correct, which represents a regression to what I knew in 1989: dictatorship, repression, lies, and manipulation.


Poetry gathers this continuous resistance and transforms it into something deeper, mysterious, and unutterable. It converts it into a fear of evil that spans time in history, like an oil stain that spreads out over the ocean surface.


MA/CEC: It is clear that the topics your work is about and the manner in which you do so constitute a search for creative liberty and a demand for individual and collective freedom. Do you think this is a characteristic of current Romanian poetry? Could that be the legacy of Ana Blandiana’s poetry?


AB: I think it is natural to be that way, because more than half my life I have lived in a society where liberty was everyone’s secret and unattainable dream of. Since freedom is a vector notion, it shines the most on its way through it and only exists in the minds of those who strive to achieve it. Otherwise, once you have it, when it is no longer threatened, when you no longer need the courage to be free; liberty becomes lazy, its value decreases, and freedom that is not used is a mortal sin. I am sure these ideas and feelings belonged to all my fellow generations, but I am not sure that they have passed unchanged to the next generations that were born free and to whom liberty is a meaningless fact, almost invisible.

MA/CEC: What does the essayist Blandiana share with the poet?


AB: It is a complementary relationship. The essayist tries to analyze and comprehend what the poet does following unformulated laws or, perhaps, divine imperatives. While the poet feels the universe, the essayist thinks about it.


MA/CEC: Why write poetry nowadays? And mainly, why read it?


AB: Because poetry can save the world and people -even if it is a small minority- perceive it. The fact that in the decades after the Soviet occupation, in the prisons full of political prisoners in Romania, people resisted psychically and physically by composing poems that were transmitted by the Morse alphabet and learned by heart in the absence of pencil and paper; the fact that, in the despair of the 1970s and the 1980s, poetry volumes in all communist countries were astronomical and poets were as well-known as today's rock singers; and the fact that, for decades the number of poetry festivals has increased exponentially in an attempt by people to protect themselves from excess consumerism and materiality. All this is proof of salvation through poetry, or at least of the dream of such a solution.




Ana Blandiana (Timișoara, Romania, 1942)

Ana Blandiana, pseudonym of Otalia Valeria Coman, is a Romanian poet, essayist, and civil rights activist. She is one of Romania's literary figures, critical of Nicolae Ceaușescu’s political apparatus and communist censorship. In 1982, due to her whole literary work, she received the Herder Prize from the University of Vienna. In 2005, she obtained the Giuseppe Acerbi Literary Award in Italy, an especial poetry distinction for her work Un tempo gli alberi Aveva gli occhi (Editrice Donzelli, 2005). Blandiana has also received the International Prize for Poetry Camaiore in 2005, and the “European Liberty Poet” prize in Gdańsk, Poland, 2016 for her book of poems Patria mea A4 (My Native Land A4) (2010). In 2017, she was awarded with the Griffin Excellence in Poetry Award (Toronto), a distinction that enshrines the recognition of the poetic achievements of her whole work. In 2019, she received prizes such as the Golden Wreath Award from the North Macedonia Academy of Arts and Sciences, in Struga; the Jan Smrek International Poetry Prize in Bratislava, Slovakia, and the Fondazione Terzo Pilastro International Prize, in Rome 2020. As a novelist, her book Applausi nel cassetto (The Drawer of Applause) has been a finalist on the Strega European Prize in 2021.


She was president of the Civic Alliance and director of the Memorial Museum of the Victims of Communism in Sighet. Blandiana is the author of more than thirty books of poetry, essays, fantastic narratives, and novels. Her work has been translated into 24 languages. She is honorary president of Romanian PEN, a member of the European Poetry Academy, the Mallarmé Poetry Academy, and the World Poetry Academy (UNESCO). Finally, she was awarded a Doctorate honoris causa at the University of Salamanca, 2021.



César Eduardo Carrión (Quito, Ecuador, 1976)

He has published the books of poetry: Es lodo y es polvo y es humo y es nada (2019), Emboscada (2017), Cinco maneras de armar un travesti (2011), Poemas en una Jaula de Faraday (2010), Limalla babélica (2009), Pirografías (2008) and Revés de Luz (2006). Also, he has published the essay books: El deseo es una pregunta (2018), Habitada ausencia (2008) y La diminuta flecha envenenada (2007). He was member of the poetry and essay magazines Ruido Blanco and País Secreto. Carrión has a PhD in Latin American Literature at the Universidad Andina Simón Bolívar, and he was director of the School of Language and Literature, of the Publications Center and Dean of the Faculty of Communication, Linguistics and Literature at PUCE.



Marialuz Albuja (Quito, Ecuador, 1972)

She is a Master in Culture Studies with a mention in Hispano American Literature from the Universidad Andina Simón Bolívar. She has published the collection of poems Las naranjas y el mar (1997), Llevo de la luna un rayo (1999), Paisaje de sal (2004), La pendiente imposible (2008), which is an awarded and published work by the Ministry of Culture of Ecuador; Detrás de la brisa (2013), César Dávila Andrade collection award, Cristales invisibles (Gammar, Colombia, 2014) personal anthology, El último peldaño (2015) and Por estas voces (México, 2015). In novels, she has published En caso emergencia (no) rompa el vidrio (Editorial SM, 2017), Darío Guevara Mayorga award in the novel category; and Maura (Editorial SM, 2018). Her work has been translated into English, Portuguese, Italian, French, Basque and Arabic. In children 's literature she has published books of stories and poetry: Cuando cierro mis ojos, Cuando duerme el sol, Aunque no sea cuento de hadas esta historia and De viento y sol. She is a translator, co-founder of the Rascacielos publishing company and professor at the Universidad de los Hemisferios.

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