Encierro
El Ermitaño
Número revista:
5
Encierro
La posibilidad de un horizonte, de un resquicio de cielo por donde se cuela un rayo de luz se desvanece con el encierro. Dispositivo inmunológico, habitación oscura, sin detalles, sin colores, alrededor el mundo se marchita y pierde su lumbre, la realidad se idealiza en su deriva hacia el adentro invisible. Solo la memoria guarda la sensación del fulgor —ya antiguo— de un mundo antes del encierro.
Cerrar o abrir los párpados deja de tener importancia, el espacio deviene en imagen, cada paso ciego puede convocar un objeto nuevo, perdido con el temor de convertirse en nictálope. El encierro suspende el movimiento en el espacio; pausa que exacerba el pensamiento de la prisión del ensueño, lo inmóvil abre la puerta al espíritu sediento, el vacío interior se devela como un campo por encontrar una y otra vez lo ya hallado. El encierro dura un instante, el instante en el que el paisaje íntimo dibuja la línea de un nuevo horizonte que se abisma con la mirada ensimismada.
Música: El Ermitaño
Imagen: David Pinto