
'caballo y arveja', selección de poemas
María Auxiliadora Balladares
Número revista:
7
Tomados de la sección “La niña arveja”
IV
Hay un candado que intentan abrir las aves
Pero su pico se dobla como una carta que miente
Eres el amor desproporcionado
Bigotuda
Peluda
Barbuda
No conozco tus secretos
Eres mi animal a la distancia
Ilusión de isla poblada de ramas
Desierto del abasto
Altruismo del rabo
Qué parte de mi plato quieres que te guarde
Zapatilla lejana
A tu padre lo encontraron en Cayambe
De calamitoso pelaje ahumado en caminos de tierra
Él sabe mirar de lejos lo que cae sobre el plato
Chiquitanía
Por eso deglute sin esmalte
Aunque no conoces los detalles de la hambruna
Ni su estructura molecular ni su sinsentido
Heredaste su angustia
Su condición de abandono
La premura de su cola de dragón albino
Tienes los ojos de tu madre
Lalalí de Lilalá
La ternura sembrada en la lengua
La tembladera en el horizonte gacho
Cierto apuro y agudeza en el ladrido
La aptitud en el ejercicio del drama
A causa del destete prematuro
No conociste los estados de la leche
Déjame que te cuente que no es igual
Beberla de una madre recién parida
Que de una madre que ha aprendido
A mirar con desdén a sus hijos
V
Eres hacia dentro
Y hacia fuera te desarmas
Jalas mis huesos
Alucinas con una combinación equivocada
Anestesias en la boca la palabra o el grito
En la resbaladera renuncias a la mano torcida
Que te jala de un brazo y te levanta
Niña de los ojos de inesperado petróleo
Eres la esquina del rancho
Eres la magia que pervive en el alado trote
Duermes con la palma de mi mano inquieta
Pajarito casi desmayado color café
Semejanza de la nube
Pretexto del resabio de la desidia
Haces nido
Pero no conoces el patio
Eres la dueña del bosque
Rana en extinción
Coloquio entre el cielo y el nabo
El mundo que te acicala revienta
Destruyes los olores compuestos en el bártulo
Escondo tu tibia en la maceta
Te llevo a un sueño equivocado y te pierdo
Meteorito del conejo y del mandril
Tu hocico rojo señala el domingo
Tu carne se ocupa del tejido que te traje del campo
Eres Andrómeda varada en la cama ausente
Y una gota de valeriana
En la pata vaga de un cangrejo
VI
Conserva la calma
Lara
Mi Lara
Vientecito alerta
Me dices palabras con tu boca de cantimplora
Le pides a alguien que te salve de mí
Del color de la puerta cerrada y de la ola cuando revienta
Tos de huracán
Limpiemos los piececitos del duende descalzo
Para que pise su casa arrasada por el río
De tanto nombrarte
Se precipitó el ceniciento ocaso
Mi alcancía se vació a tiempo
Te llevas el lenguaje
Pequeña criatura de la niebla
Larita
Somos la extrañeza del viento en tu trompa
La calma con grietas
Acurrúcate en mi ala caliente
Empecemos por el silencio
Por la nada
Asomémonos despacio al vacío del puente
Alimentémonos de tus flores sin estigmas
Volcancito dormido
Astucia acabada en hueco
Piscina de agua
En la que hundo mis garras
*Cortesía de Severo Editorial, Quito, 2021