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Mi cuerpo, mi sombra

René Espinosa C

Número revista:

4

Nada es cierto:

cuerpos,  ojos,  silencio,

                               niebla.

No hay silencio en las ruinas,

son los fantasmas que pueblan mi piel,

y solo mi respiración me defiende

de los cuerpos que hubiese querido.


Hay una luz para los que duermen,
pero yo me doy miedo toda la noche.

En el sueño las cosas que guardo aparecen

y solo soy yo con los párpados cerrados.

Sé que soy también los otros en el sueño,
en el poema, en mi garganta.

Mi piel es una ciudad fantasma

de cuerpos que no estuvieron,

caricias que me dieron lenguas de fuego.

Ninguna bendición.


El cuerpo amado, de mil rostros,

me mira con pena desde mi propio deseo.

Es la necesidad de mirar al niño que habita la carne.

Entro por su sonrisa, sin piel ni huesos,

para poner mí nombre en su garganta,

y que me llame de noche,

como mis voces que imitan las voces

de los que quiero.


Llévame

Llámame con tu voz.

Mi silencio está lleno de palabras.

Las palabras son solamente sombras.

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