Parálisis en cuatro cantos (fragmento)
Pamela Rahn Sánchez
Número revista:
9
“Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias”.
-Pablo Neruda
“No era una casa, era una atmosfera asfixiada”
-Yolanda Pantin
II
Sucede que los que se van
vuelven a levantarse al inicio del fin del mundo
En un estado de demanda
encuentran un error implacable en todos los extraños
habitan los espacios con inmensa resonancia
Suben y bajan con el son
de un parentesco lejano
En medio de una ruina que los arrastra,
suavemente, se abrazan a la baraja del tarot
Y ven a un poeta levantarse con su duelo
caminando como un santo
por la Avenida Libertador
compartiendo con los que se van
esta vez para siempre
un dulce olor
a barranco
y a pascua
pero no la época,
la palabra
que recién aprendieron a decir
Tienen una vida propia
con un argumento preciso
muchas notas a pie de página
y un solo ojo
Un peso en el peregrinaje
una improvisación titubeante
Siluetean el fuego
recibiendo a los pobres con bandejas lujosas
repletas de sueños ajenos
Infancias erráticas y un árbol
que se tuerce una y otra vez
Los que se quedan
Sueñan habitar
un destierro que les viene bien en papel
una convulsión doméstica
una caridad de baba
un lenguaje gesticulado
y hacen bam bam bam
dentro de los sueños
en los que caminan descalzos
amaneciendo con su mejor máscara
Los que se van
Cuando vuelven juegan a la burla y a la casa
atravesadas sus manos
por una iniciación profunda de lo que pudo ser una zanja
pero solo era una dirección
al llegar a la mata de mango
cuando encuentras a la señora sentada
en frente del graffiti
pregúntale al vigilante de gorro gris
dos cuadras más adelante a la derecha
en frente del kiosco
ahí sigue hasta encontrar la redoma…
y dejan la página en blanco.
III
Los que se quedan
Sueñan junto a su almohada
un ventilador
para ahuyentar a los mosquitos necios
con la oreja torcida
predicen el futuro
con una inamovible certeza
Los que se van
buscan en cada palabra
un oficio de destierro
Y revisan su horóscopo buscando
un parpadeo en el invierno
un aguacero imprevisto
un hecho psíquico
que los acerque a una isla desdibujada
en donde el amor tiene una sonrisa familiar
Los que se van
Viven en un tiempo
lleno de escombros
y compran biblias con tapas de madera
para nunca leerlas
Arrodillados
con un sopor de venas abriéndose
al pulso de los espíritus
Los que se van
dejan al perro escarbando
un hueso que nunca van a encontrar
Cortejan a los flamingos
enamorándose de nuevas costumbres trágicas
prenden una radio antigua
con un mandato de saudade
Se complacen a ellos mismos frente
a un vaso medio lleno
manchado con la huella de un dedo
de alguien al cual también le preguntaron
¿Cuándo te vas?
Y comienzan un amor
por encima de los signos de interrogación.
Pamela Rahn Sánchez. (Caracas, Venezuela, 1994).
Autora de la Antología La silla vacía (Taller Blanco, Colombia, 2022), El radio de pilas y otros poemas (2020, Fundarte, Venezuela), Breves poemas para entender la ausencia, (2019, Torremozas, España) libro ganador del Premio de Poesía Joven Gloria Fuertes 2018, así como de otros libros publicados en Argentina, Ecuador y Guatemala. Ganó el 1er lugar en el concurso PHYSIS de la UCAB con su poema “Una casa que respira”. Ha participado en FILUC (Valencia, Venezuela, 2016), FIRAL (Rancagua Chile, 2016), Presentación de la colección poética El árbol migratorio en la Fundación Pablo Neruda (Santiago, Chile, 2016) y el Festival Kaníbal Urbano (Quito, Ecuador, 2017) entre otros. Estudió Guión Cinematográfico en la Escuela Nacional de Cine. Actualmente es parte de la Residencia de Primavera del prestigioso International Writers Program de la Universidad de Iowa.