Postales en Braille
Sergio Pérez Torres
Número revista:
8
II / RECREO
Vestías de azul,
yo tampoco conocía mi edad,
pero supe bien que otros ojos no eran míos;
ni océano,
ni cielo,
tal vez el horizonte que los une.
Sonaba la campana con tu timbre atrasado,
una estampida que aún deletreas,
uno a uno sus rostros como astros en su ciclo.
Así todos nosotros éramos uno,
cánticos eléctricos,
la percusión de los pasos,
un baile bastaba para encender a Dios,
eso era tu vela personal hacia el santísimo,
el llanto se quedaba entre misas y vals,
la piel abierta a los dueños del tiempo.
Te hacías imperceptible,
un parpadeo en la noche,
pintabas una canción sobre la pista del himno por los
muertos.
IV
Nada duele salvo un nido que se incendia,
tampoco los ojos resurgen de la ceniza.
Tu nombre no conmemora alguna estirpe,
ni tu sangre ni la mía pueden engendrar un pájaro,
pero podemos hacer mucho más que solo eso.
En mí jamás sucede otra hora,
ningún astro,
lo que el aire infla es susceptible ante algún fuego.
Ojalá valiera soñar aprisa
durante una noche que se enjaula entre oasis.
Tu misma orfandad iluminaba cada vacío,
el contorno perfecto,
no salir de la línea.
Ahora las personas tienen límites,
la mirada recorre sus cuerpos,
pero no recorta.
Vuelas sometiéndote a la gravedad,
cansa un aleteo,
el agua que hay encima durante la tormenta.
VII / HORA DE DORMIR
Pero la noche sigue ahí donde el sol se parte,
la lluvia cae en la maceta llena,
huele a todo el miedo del mundo.
Los que se despiden parten sin saber qué es la
distancia;
otros huesos duermen cerca,
calle abajo del canal.
No alcanzo a ver las voces,
pero permanecen,
dicen que mejores días tejen sobre las orillas de estos.
Hay una soledad con calma.
Apaga los focos de la casa luego del trabajo,
en la oscuridad todavía nos amamos del mismo
modo.
X
Como tu mañana se alimenta de mis sueños
la imagen reaparece:
dos manos unidas.
No es la adoración de un hierro oxidado,
ni los símbolos fértiles del mundo,
palabras de agua que se estancan en la yugular,
a ellas se sujetan las montañas de papel,
de lejos una casa en escombros donde viviríamos.
La censura con más filo que el silencio,
aprendes a esconderte en tu propio jardín;
gritas como una sirena de ambulancia,
surgen espinas ante un depredador.
Durante la guerra esta cosecha se ha hecho polvo,
tus huesos reconocen sus campos minados,
se prohíbe amarse cerca de esta zarza a punto de arder.
* Textos tomados de Postales en braille/Postcards in Braille (Nueva York Poetry Press, 2021)
Sergio Pérez Torres (Monterrey, México, 1986)
Publicó Caja de Pandero (EDÉN, 2007), Mythosis (EDÉN, 2009), Los nombres del insomnio (Cuadernos de la Serpiente, 2016), Barcos anclados al viento (La cosa escrita, 2016; Sangre Ediciones, 2018, 2ed), Cáncer (NadaEdiciones, 2016; Fósforo, 2021), Cortejo fúnebre (ISC/Proyecto Literal, 2017), Party Animals (Conarte, 2017), El museo de las máscaras (Tierra Adentro/Conarte, 2018), y La heráldica del hambre (El Carruaje Ediciones/UANL, 2019). Su obra poética ha sido premiada en el Concurso de Literatura Joven Universitaria 2009, Juegos Florales del Carnaval de La Paz 2016, IV Certamen Literario “Ana María Navales”, XXVI Premio Nacional de Poesía “Ydalio Huerta Escalante” 2016, XXIV Premio Nacional de Poesía Sonora 2016 “Bartolomé Delgado de León”, Premio Nacional de Poesía Carmen Alardín 2017, Concurso Palabras Migrantes y Convocatoria para coedición del Fondo Editorial Tierra Adentro y Conarte. En narrativa fue merecedor de la 4ª Convocatoria “Se busca escritor”, de la Editorial De Otro Tipo.