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Reseña libro

Por los caminos del recuerdo: una carta
'Inquietud', de Kenneth Moe

María Belén Melena

Número revista:

7

En realidad solo llevo un libro dentro. Se titula así: Cómo aprendí

a amar, y espero poder escribirlo una y otra vez, con pequeñas variaciones,

hasta el día de mi muerte.

(Moe, 23)



Hace unos meses di por casualidad con Epistolar, un podcast que se dedica a rastrear cartas y les da un nuevo aliento mediante la voz de actores y actrices, quienes abren la cortina, un poco solamente, para que el escucha se asome a la ventana y vislumbre la confidencia que existe entre emisor y receptor. En tan solo unos pocos minutos, la carta leída rememora ese pasado compartido, que por distante es también borroso, pero que guarda dentro de sí una conexión íntima. Recuerdo particularmente la carta entre Henry Miller y Anaïs Nin, su carta de despedida. Él empieza diciendo: “¿Qué son las despedidas sino saludos disfrazados de tristeza?” (Jemio y Sprei, 2020, 02:13). Esa sutil propuesta, en la que las relaciones interpersonales pueden volverse circulares, conecta con Inquietud, el libro del noruego Kenneth Moe, ganador en 2015 del premio Debut Tarjei Versaas, en el que el experimento de escribir una carta, es también poema, prosa y aforismo. Una carta que termina convirtiéndose en libro.


Aunque lastimosamente la tradición epistolar se haya vuelto escasa y su práctica sea ahora un hecho esporádico, su valor no deja de resonar en aquellas cartas que han sobrevivido al tiempo. Para entrar en la dinámica que propone el narrador, vale compartir sus dudas y preguntarse, si escribieras una carta a un amado –que nunca fue amante–, ¿qué le dirías? ¿Le contarías sobre los pancakes y la felicidad que te dan? ¿O mencionarías la rutina de tu vecino por las mañanas? ¿Recuperarías cada instante compartido o fingirías que solo queda ya el olvido?


Todas estas y otras son las preocupaciones que conforman Inquietud, un libro que se construye a partir de fragmentos sobrios y concisos, donde la reflexión del personaje fluye desde hechos cotidianos hasta temas filosóficos y tiene como trasfondo una ruptura amorosa. Esta ruptura tiene la particularidad de que carece de amor y rezuma rechazo. El amante se aferra a momentos robados, sin poder construir puentes de compañía y cariño, convirtiéndose solamente en un reflejo de la vanidad. Por lo tanto, Inquietud es la historia de la ruptura de la ilusión. Asimismo, Inquietud es un relato histriónico en el que el narrador se ocupa de darle un “tratamiento literario” (Moe, 2020, p. 12) a ese destinatario, que es una mujer a la que solo conocemos por los arrebatos y reclamos que él le dirige.


En este experimento, el narrador pretende mostrarse en su totalidad, “con mis intenciones impuras y mis pellejos” (Moe, 2020, p. 46). Sin embargo, es consciente de que la carta se vuelve libro y aquí inicia otras de sus preocupaciones esenciales: la literatura como síntoma y cura, como causa de su decadencia y como único faro guía hacia su necesidad de ser una mejor persona. En consecuencia, Inquietud es una carta que no carece de literatura y es una interacción con otro que se vuelve autorreflexión y reconocimiento. A diferencia de la carta de Henry y Anaïs, el narrador no espera un reencuentro en otras vidas, por el contrario, se aferra a la fugacidad del presente y comprende que todo es mutable y temporal porque: “el sentimiento será otro distinto mañana” (Moe, 2020, p. 110).


La presencia del género epistolar en una obra contemporánea parece un guiño a un pasado que se pierde de a poco, pero que se resiste, y revive la íntima experiencia de escribirle a otro. Dice Simon Garfield, en su libro Postdata, que las cartas cuentan con un mérito adicional que surge de su propia naturaleza. Escribir una carta implica una búsqueda por comunicar y transmitir y, al ser leída por ojos ajenos, brinda la posibilidad de “revivir el mundo de una persona” de manera directa y transparente (Garfield, 2020, pos. 113). Por eso, Inquietud recupera la búsqueda de la honestidad que posee una carta al mismo tiempo que muestra la desesperación del rechazo, donde el dolor se mezcla con el deseo y la ira con la autocompasión, y, en ese exceso, la humanidad misma del narrador queda al descubierto en medio de un cuarto con aire viciado y rodeado de unos pocos muebles.

Referencias:
Garfield, S. (2015). Postdata. Curiosa historia de la correspondencia [Ebook]. Taurus.
Jemio, D. y Sprei, T. (Productores). (2020, 5 de agosto). Carta de ruptura de Henry Miller a Anaïs Nin. (Lee Agustín Rittano). [Episodio de podcast en audio]. En Epistolar Podcast.
Moe, K. (2020). Inquietud. Poklonka Editores.

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