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Blake y el yogui

Michael McClure

Traducción por Benito del Pliego y Andrés Fisher

Número revista:

10

CUANDO UN HOMBRE NO ADMITE QUE ES UN ANIMAL es menos que un animal. El gran MAMIFERO William Blake tiene importancia por la belleza que entrega, por la claridad de su visión y por su ejemplo. El lector debe entregarse a Blake para experimentar una invención. La invención se podría llamar un “sistema  asistemático”. Va en contra de los preceptos sociales ubicándose fuera de la sociedad. Está basada en la claridad de sus percepciones y en su rechazo general a la propaganda. La imaginación intuitiva y meditativa de Blake empleó su reconstelación única de información sensorial para crear nuevos modelos.

La estructura de Blake es tan duradera que es un verdadero artefacto. Se mantiene como una isla de claridad en una cultura que hubiese rechazado a Blake como un demente o un inútil visionario repelente para la sociedad que se domestica a sí misma.

Blake está presente hoy en día tal como si estuviese biológicamente vivo. Sus obras son extensiones de sí mismo.


( (Un ejemplo contemporáneo es el momento espiritual del expresionismo abstracto donde el pintor crea transcripciones del brazo y la brocha que son manifestaciones, como las huellas de un ser físico. ¡Huellas de lobo!) )


Las obras de Blake, como los artefactos de todos los grandes artistas, son su cuerpo. Los gestos vienen tan directamente de su ser físico que su presencia es real y física. Blake se le apareció a Allen Ginsberg en una visión. En la adolescencia soñé que era Blake. Blake parecía una presencia tan real como la de un automóvil.


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Blake se retiró tanto como pudo y aún así persevera en sus labores diarias. Contribuyó apenas a la sociedad, la desafió a menudo y se resistió a ser encasillado. Blake era todo lo privado que su razón le permitía. Tomaba lo que podía usar, como un cazador y rechazaba — o luchaba contra — lo que le era ofensivo. Blake era la revuelta de un hombre. Una criatura en revuelta puede concebir que NO hay solución y que habrá construcción y destrucción interminables. La REVUELTA percibe la continuidad de acción y energía desde múltiples fuentes.

La revuelta percibe que la vida es un flujo con el que siempre se debe lidiar — y que debe haber experiencia constante. Si se detiene la experiencia, o si se imagina una dicha utópica, es como las imágenes del nirvana — interesante pero no por demasiado tiempo y siempre que sea exigente — puede ser opaco y embrutecedor.

Una criatura debe sostenerse internamente o no habrá revuelta (la revolución busca respuestas en el exterior). Blake hizo su revuelta y se sostuvo como como un mamífero visionario lo mejor que pudo en sus circunstancias. Su orgullo de criatura y su visión en su obra poética y pictórica pervive como una parte de su cuerpo. LA REVUELTA ES UN PROCESO BIOLÓGICO.


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EL HOMBRE NO ES UN ISÓMERO DE MAMIFERO — es realmente mamífero. La ruta para comprenderlo es necesariamente biológica. La poesía es biológica.

En su niñez Blake escribió algunos de los versos perfectos:


Con que gusto entre un campo y otro deambulaba,

Y probaba el tesoro entero del verano

¡Hasta que yo, el príncipe del amor, miraba

A quién brillaba entre los solares rayos!


Me enseñaste lilas para el pelo,

Y rosas sonrojadas para la frente;

Me llevó por sus jardines bellos,

Donde crecían de oro todos sus placeres.


Mis alas se mojaron con el dulce rocío de mayo,

Y Febo encendió mi furia hablada;

En su red de seda me atrapó,

Y me encerró en su celda dorada.


Le encanta sentarse y oírme cantar,

Luego, riendo, se divierte conmigo y juega;

Luego tira de mi ala dorada,

Y se burla de que he perdido la libertad.


Este canto, la temprana obra profética Las bodas del cielo y el infierno y Los cantos de inocencia y experiencia nos hablan, ahora, de lo que alguien trabajó al final del siglo pasado y el comienzo de éste para producir las mitologías de la psicología (el Ego, el Yo, Edipo, el Ánima reemplazaron las leyendas de hadas del campo en los confines de la ciudad. Trasgos, duendes, gnomos cambiaron sus disfraces campestres por las abstracciones del nuevo folklore.)


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El yogui busca el conocimiento del universo a través de la meditación. Se centra sobre un objeto o un patrón hasta que sus procesos intelectuales se vacían. Entonces, la verdadera visión, mukti, actúa sobre los procesos del sensorio. Esto ocurre a través de la infinita dedicación al estudio, la dieta, la concentración o la combinación de estas y otras técnicas.

El místico indonesio Pak Subu hizo un descubrimiento. Una vez que se liberó de las trampas de la oración y el evangelismo, su descubrimiento consiste en dar aparentemente rienda suelta a los movimientos musculares y orgánicos del cuerpo, entonces el cuerpo se llena de sensaciones de sí mismo y alcanza un estado trascendental. Durante la ceremonia Subud uno ejercita desde los músculos a los órganos todo lo espontáneamente posible. Los órganos cantan rítmicamente y se liberan de la censura de la mente mediante el refuerzo social de los otros que igualmente participan. Sin duda la tensión cultural de un área con la densidad de población de Indonesia originó tanto este culto como una visión. — La necesidad de ser libre.


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Hay al menos tres formas de vaciar el sistema sensorial. Una es la práctica del yoga o la meditación — a través de una práctica diligente, determinada y meticulosa del cuerpo-mente para centrarse en el vacío. Otra manera de alcanzar este estado era el Boga. Miembros de la sociedad que no podían practicar Yoga o a los que su clase u obligaciones no les permitían seguir el primer camino, podían escoger el segundo. El Boga era una celebración de la vacuidad de los sentidos que se lograba por el exceso de los sentidos. Los que seguían el camino del Boga buscaban y se llenaban de carne (prohibida), granos secos (prohibidos), vino (prohibido) y sexo. Al tratar de alcanzar la dicha del Nirvana uno se encuentra, a través de la abundancia excesiva, con una vista del mundo más allá del velo de Maya. Los sentidos quedaban en blanco mediante el cumplimiento. El Boga se practicaba como un acto religioso.

Se puede encontrar un tercer método para despejar los sentidos en el culto Subud de Pak Subu y también en los derviches y quizá en las danzas jasídicas.

Un experimento: en privado deja que los músculos del cuerpo hagan lo que les plazca, que se estiren y den vueltas como hace un bebé en una alfombra a la luz del sol. Los ojos están cerrados y el aparato fonador comienza a responder al placer de las posturas del cuerpo socialmente negadas (tal como uno gime con las manos de un masajista). Los ojos están cerrados o entornados y no hay estímulos visuales o apenas. Al principio es difícil retorcerse, estirarse, gemir, gritar, cantar, corear, patear, estirarse, gemir, llorar o reír sin propósito. Finalmente, después de practicar, después de unos cuantos intentos, alcanzamos un estado biológico con la mente vacía. Entonces se hace más fácil alcanzar el estado y uno puede ejercitarse más y más. Si uno desarrolla esta capacidad hasta treinta minutos o una hora, recupera el personaje social que es en estado de euforia — colocado. Los sentidos ven la brillantez y las auras y los colores de los objetos circundantes y ahí hay una sensación de bienestar fisiológico. El experimentador habrá estado en un lugar donde él, o ella, no desplegaban ninguna pancarta, sino que eran un mamífero — el universo experimentándose a sí mismo.


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El evento biológico regresa a la pantalla neuronal sobre la que operan los sentidos. La pantalla ha estado tan llena de gritos espontáneos y automáticos conjuntados con los movimientos impredecibles del cuerpo, que no hay lugar para registrar asociaciones, ansiedades, anhelos, aspiraciones, esperanzas, ensoñaciones o nada que no sea el cuerpo en sí mismo COMO EL UNIVERSO. Es un movimiento a través del velo — quizá no a través del velo de Maya, pero definitivamente por el del entorno. Un experimento más simple es subir a la cima de un cerro en un lugar solitario y gritar, aullar o reír por unos minutos. Pronto se verá que es imposible gritar y pensar al mismo tiempo. Sentir simultáneamente al cuerpo como el universo de la vida y el universo de la materia es trascendental. Vaciar la mente es despejarla a través de retroalimentación. Es un estado reposado y cuerdo.


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Los griegos, reconociendo la naturaleza politeísta de los sentidos tradicionales (donde cada uno era un dios o una diosa) tenían un lema. Ariston metron que significa, aproximadamente, “la moderación es lo principal.” En las obras de los escritores griegos vemos que apreciaban la ebriedad, las canciones, las libaciones a los dioses, el juego de escupir vino a un cubo, la meditación, el comercio, la guerra, el atletismo, el viaje, la conversación brillante, la sensualidad extrema. El escritor griego (comparado con el intelectual más cerebral) concebían la moderación como una estructura personal a la que se llegaba mediante el descubrimiento y la afirmación de los extremos. Cuando un hombre llega a los extremos encuentra el límite de las posibilidades y ES MODERACION — se forma en el campo de su experiencia.


La dinastía Chou en China fue un período de extremos, con cultos a los ancestros, al tigre y al búho, con adivinación, ebriedad y canciones báquicas, necesidad de tribalismos fuertes, guerras territoriales y comerciales, seda, sensualidad, ritos de sangre, canciones de amor — una sociedad vigorosa. En el I Ching, El libro de los Cantos, la ética de Confucio, y en la obra de los pensadores taoístas se pueden encontrar aproximaciones a esta época. El hombre exitoso creaba su moderación — e incluso apreciaba la noción de la moderación. La verdadera moderación parece ser una proyección de la criatura interior.


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Aristófanes abrió su obra Paz con esclavos que hacían rodar bolas de mierda y se las arrojaban por encima de una barricada a un escarabajo estercolero gigante. Presentó a un señor y a su sirviente cagándose en los pantalones y mostró representaciones refinadas, codiciosas y voraces de los dioses (que parecían saludables en su audacia). Su teatro no era psicológico. El moderno realismo psicológico está limitado por sus modestas posibilidades. (La obra de Strindberg es la bella revolución de un hombre intenso y brillante — torturado socialmente por los extremos de su vida cotidiana — un hombre que estaba loco según el análisis “social”.)


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En la Tate Gallery de Londres cuelga la acuarela de Blake con Beatrice dirigiéndose a Dante desde el carruaje. Las ruedas del carruaje están hechas de criaturas arremolinadas. Sobre el carro están los signos alquímicos de los cuatro Evangelios: Marcos, Mateo, Lucas y Juan. Tiran del carruaje unos grifones monumentales. Es la escena de Dante y la percepción constelada se encuadra a sí misma contra una escena de Purgatorio. La imaginación de Blake es casi libre. Permite que la imaginación sea tan compleja, tan colorida y tan firmemente revestida como llegará a serlo en sus propios términos. LA DEJA EXPANDIRSE hasta que forma un sistema para la ilustración. No se dirige hacia un sistema, deja que se expanda. Las imágenes continúan una tras otra hasta que forman un sistema. Es un sistema que nunca es fijo. Se mantiene en movimiento, la acuarela inventa sus propias reglas — y extiende la visión de Dante. Se convierte al mismo tiempo en la ilustración de Dante y en una obra única que se ajusta al ser expansivo y giratorio de Blake.

La Divina Comedia ha de ser vista de forma similar. El Inferno es fascinante por sus escenas de horror sensual, pathos, compasión, todo conjuntado en una aventura intelectual. El Purgatorio es más grato — el sensorio del Inferno ha empezado a constelar criaturas y seres más imaginativos y más reales. A las diferencias en el paisaje monódico del Purgatorio se les da mayor complejidad. Las escalas se convierten en películas vivientes (como podrían ser las escaleras del futuro, ya que los muros que nos circundan están mutilados con los horrores del mercantilismo). En Paradiso la eco-complejidad se hace muy intensa con gentíos y multitudes de lo Divino que destella en el bucle de una visión final.


El Satán de Milton en el Infierno recuerda al AHORA. Repleto, de un ángel caído a otro ángel caído. ¿Podría un hombre sensible de la Grecia de Pericles, sacado de su tiempo y puesto en el Garment Center de Nueva York en hora punta o en Pekín, en Tokio o en Londres, sentirse en el Infierno? ¿O podría caer muerto por el impacto de la impresión como le sucede a algunos ciervos con el sonido de un disparo de fusil?


Parece que la Carne es pensamiento. La Carne es intelectiva. Las células cerebrales, las células nerviosas — como todas las células — son carne. Imitan las funciones de todas las otras carnes que se expanden cuando hay una fuente de energía — formando un gran ser que palpita y se alimenta de sí mismo. Como un animal, el hombre imita inconscientemente el proceso de ser. Sin embargo, presta servicio a una estructura más y más cruel, sin darse cuenta de la multitud de opciones que se abren ante cualquier vida o vidas. Cierra su caja y localiza las complejidades de laberintos y laberintos en sus confines.


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EL CUERPO ES LA TIERRA DE LAS HADAS — o más precisamente, está hecho de una diversidad de TIERRAS DE HADAS y TIERRAS DE ELFOS. La invención del microscopio electrónico ha hecho posible ver los micro-detalles de la infraestructura celular y las técnicas de difracción de rayos x nos han permitido ver la estructura molecular de la célula. Con un aumento moderado (sesenta veces) de la superficie de la lengua, las papilas gustativas se pueden ver como un jardín de seres que sirven para catar y guiar al macro-ser. Un poro aumentado varios miles de veces se ve como una caverna de carne irregularmente natural habitada por bacterias.

Bajo el aumento de los electrones, la pulida superficie de los dientes es una multiplicidad de cavernas de hadas. La estructura del hueso es el espacioso enrejado de un duende que recuerda a las más fantásticas construcciones de las criaturas calcáreas del mar. La superficie de la mano recuerda a la árida planicie de un delta. El pelo es un bosque. Con aún más aumento, la superficie del pelo es una corteza de proteínas superpuestas y escamosas. Los glóbulos rojos con su forma oval son entidades — trillones se mueven transportando oxígeno y regresando con CO2. Los fagocitos se pueden ver como células bien formadas que siempre cambian de forma y se extruden para ingerir bacterias nocivas. Con un aumento notable del microscopio electrónico los genes enroscados de las bacterias son visibles. Podemos ver más y más del Mesías mientras nos vamos acercando a los nuevos paisajes interiores.


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Cuando se examina su interior, se encuentra que las células son estructuras topológicamente complejas. Están en movimiento. No son ni líquido ni cristal, pero tienen propiedades de ambos. Los orgánulos y las superficies ultramicroscópicas están en movimiento tanto morfológica como químicamente. Algunas reproducen o crean nuevas sustancias por combinación química o transmiten códigos de actividad. La carne es el único sistema conocido de entropía negativa. Podemos llegar al nivel de los genes dentro del núcleo de la célula donde encontramos largas moléculas compuestas de miles de sub-moléculas. Estas moléculas filiformes son hélices dobles — se reflejan entre ellas. Esta doble hélice en espiral, que es de una longitud y fineza extraordinaria comparada con otras moléculas, se ha comprimido, encapsulado, o tomado la forma de un bulto compacto. Los genes (que son la memoria del plasma de carne) están compuestos de átomos tanto de una cantidad normal como abundante de elementos.

Estos átomos vienen de la tierra. Estamos seguros de que alguna vez no hubo vida y de que ha ido cobrando más y más existencia a través de billones de años. La superficie del planeta adquirió una organización compleja con la irrupción de la vida. La energía atrapada en las estructuras complejas es la energía de los rayos del sol cuanto tocan lo vivo y la superficie del planeta que nace a la vida. La energía atrapada comienza en plantas simples y asciende en la cadena alimentaria.

No hay una demarcación clara del lugar donde estas moléculas complejas dejan de ser inertes y pasan a ser vida. Está claro que bajo ciertas circunstancias la auto-formación de estas


moléculas de vida es un fenómeno natural. ( (Los científicos han sugerido que puede haber mecanismos desencadenantes que van a la deriva a través del espacio, que aterrizan en las superficies planetarias y convierten lo orgánico en ser. Quizá en alguna parte en alguna otra superficie, aunque las posibilidades sean infinitesimales, pueda haber dinornítidos, perezosos terrestres gigantes, glyptodones, cotorras de Carolina, palomas migratorias, vacas marinas de steller u otras criaturas que hemos destruido con nuestras llamas de primates.) )


Sabemos poco acerca de la MATERIA — y sería mejor decir “MATERIAS.” Una progresión verbal podría expresarse: CRIATURA / CÉLULA / INTERIOR CELULAR / GEN / SUPERFICIE PLANETARIA / PLANETA / SOL Y SISTEMA SOLAR / GALAXIA / UNIVERSO / UNIVERSOS. ¡Un solo ser! Es imposible imaginar que este ser esté limitado por las reglas de nuestra experiencia cárnica como las de tiempo, espacio o realidad objetiva. Podemos asumir que vemos solo el origen material de nuestros cuerpos y que hay otras materias y relaciones que se extienden de maneras desconocidas y se unen de forma invisible con la totalidad.


Los espermatozoides danzan con el óvulo en un fluido, haciendo girar al óvulo con sus colas hasta que la cápsula de un único espermatozoide se acopla a la superficie del óvulo y extrude su mitad de material genético en la mitad de material genético del óvulo. Luego ocurre una confluencia única de eventos — una criatura se une en su primer flujo. Con la información genética específica se crea un lobo, un Mozart, un ratón o un pingüino desde las vastas propensiones de un ser único de plasma en expansión. La criatura se mueve en la superficie fronteriza de la tierra, mira hacia el universo y dice, “LA CARNE ES ESPÍRITU. LA SIENTO. SOY ELLA. LA TOCO. LA VEO. LA PERCIBO CON LOS SENTIDOS QUE ME HAN SIDO DADOS EN EL POTENCIAL DEL OLEAJE. CONSTELO Y RECONSTELO LA INFORMACIÓN QUE ME HA SIDO DADA. ME MUEVO. SOY. SOY SER. PODRÍA INCLUSO IMAGINAR EL ARREMOLINADO GIRO DE MILLONES DE ESTRELLAS QUE VAGAMENTE RECUERDAN A LA HÉLICE QUE DIRIGE A MIS CÉLULAS.”




*Texto tomado de Arañando la superficie beat. Ensayos sobre una nueva visión de Blake a Kerouac (Varasek Ediciones, Madrid,  2021)





Michael McClure (Marysville, Kansas, 1932 - Oakland, California, 2020).

Junto a Jack Kerouac y Allen Ginsberg, es uno de los referentes más importantes de la generación beat. Poeta, dramaturgo y ensayista, su obra intensa y visionaria, nutrida desde afluentes tan diversos como William Blake, Charles Olson o el maestro Eckhart, constituye el testimonio lúcido de un artista rebelde y multidimensional que busca ensanchar las fronteras de la poesía hacia la biología, el misticismo taoista y la teología neoplatónica. Admirado por Francis Crick, descubridor del código genético, y por el cantante Jim Morrison, que lo consideraba su mentor, McClure ha incursionado también en la música como colaborador de Janis Joplin y del tecladista de los Doors, Ray Manzarek. De entre sus obras destacan: For Artaud (1959); Ghost Tantras (1964); The Beard (1965;) September Blackberries (1974); Jaguar Skies (1975); Antechamber & Other Poems (1978); Fragments of Perseus (1983).


Benito del Pliego (Madrid, España, 1970).

Ha publicado los siguientes libros de poemas: Fisiones (1997), Alcance de la mano (1998), Merma (2009), Índice (2004 y 2011), Fábula (2012), Extracción (2013), Dietario (2015) y Posos de lectura (2019). En Nueva York se editó el poemario Fábula traducido al inglés, y en Sao Paulo una sección en portugués de Índice. Entre 1993 y 1998 formó parte, en Madrid, del colectivo de obra gráfica y poesía Delta 9. Ha colaborado en la creación de varios libros con el artista Pedro Núñez. También es autor de ensayos, ediciones y antologías como Extracomunitarios. Nueve poetas latinoamericanos en España (2013), y la reciente edición del ensayo de Juan Larrea Luz iluminada (2019). Ha traducido—junto a Andrés Fisher— la poesía de Lew Welch, Philip Whalen, Michael McClure y Gertrude Stein.


Andrés Fisher (Washington D.C., EE.UU., 1963).

A muy temprana edad viaja a Chile, donde crece en Viña del Mar. En 1990 va a Madrid, donde hace su doctorado, forma parte del colectivo Delta Nueve y afianza su relación y práctica de la poesía. Su último libro es Castilla y otros poemas (2015), precedido por Series, poesía reunida 1995-2010. En crítica y traducción en 2009 apareció su antología bilingüe de la poesía de Haroldo de Campos, Hambre de Forma, en 2012 su ensayo La poesía inmortal y el pobre de Borges y en 2013, la versión al castellano de Entremilenios de Haroldo de Campos. Con Benito del Pliego han publicado en 2010 la antología José Viñals, Caballo en el Umbral seguida en 2013 de Círculo de Hueso, selección bilingüe de la poesía de Lew Welch y en 2014 Objetos, Retratos. Geografía, muestra de piezas breves de Gertrude Stein y Yunaites, poesía en español en Estados Unidos. En 2015 apareció Cualquier día, selección bilingüe de la poesía de Philip Whalen y en 2018 Neuronas del Espíritu de Michael McClure. Desde 2015 vive principalmente en Triplett, Carolina del Norte, donde es profesor en Appalachian State University y pasa regularmente temporadas en Madrid.

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