Ya sea que habitemos el interior de la tierra o vivamos perpetuamente al borde del mar, Karen Arm nos recuerda que tenemos una memoria oceánica. Arm realmente quiso mostrar cómo funciona el agua y la consciencia. Sus obras están definidas por la naturaleza y su relación con las enfermedades mentales. El océano, como el batir de su abismo, puede activar epicentros arquetípicos de una fuerza potencialmente demoledora. Naufragados por el dinamismo elemental de las olas de la tormenta emocional, en Untitled (Ocean no 1) nos hundimos en una oscuridad sepulcral, fría y sin fondo que ningún rayo de sol puede penetrar.
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