Cuando pienso en música visceral, casi siempre pienso en música cantada. Porque de las vÃsceras sale la voz y en las vÃsceras se sienten las palabras.
Luego escucho Oppidum, de la banda chilena Sistemas Inestables, y la palabra visceral es lo primero que se me viene a la mente. No hay voz humana, pero hay voz, sin duda. No hay palabras, pero hay relato. Un relato que transcurre en el cuerpo, como una corriente eléctrica que va subiendo por la columna, me abre el pecho y me hace gritar sin hacerlo.
Signum se va abriendo como una ventana que deja pasar poco a poco una luz incandescente que me va dejando ciega y vulnerable, para luego sumergirme en un océano gigante en medio de una tormenta. No me queda más que confiar y entregarme.
Praedatum es la dimensión que está al otro lado de la luz incandescente. En esta dimensión no hay tiempo, pero hay pulso. El pulso es energÃa vital que busca incansablemente por dónde salir y hacia dónde expandirse. Colisión entre vida y muerte. Grito infinito de dolor y esperanza.
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