En Fragmentos de un discurso amoroso, Roland Barthes expone, en la figura “Abismarse”, que el sujeto amoroso se caracteriza por ser presa de la desesperación —¿o acaso plenitud?— que el amor brinda en su vida. En Un beau soleil intérieur, Isabelle, interpretada por una increíble Juliette Binoche, se asoma tímida pero testarudamente al amor y sus turbulencias. La protagonista de la cinta se pregunta qué hacer con tanto amor, con tanta hambre; con tanta sed de ternura. En su película melancólica, pero cargada de infinita dulzura y entendimiento, Denis explora las inconformidades del sujeto amoroso, sus deseos; sus falencias y sus inexorables ganas de encontrar en qué lugar depositar tanto amor. Asimismo, el sexo y sus erosiones forman parte crucial en la historia de Isabelle; cada amor la atraviesa como un fuerte movimiento telúrico. Isabelle se encuentra en la búsqueda del indicado, ese ser fantástico que en su imaginario es capaz de saciar tanta voracidad. ¿Podrá encontrarlo?
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