Frontera
Número actual
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Frontera: íntima palpitación del ser que anida en lo sentido; ahí, donde todo se abre, en la carne ahogada. Grieta abierta en sus dos bordes como una herida que ahonda la distancia. Piel: extremidad en la que lo tocado toca; desborde que se reencuentra en la otra orilla. Secreto abierto: existencia desnuda que no llega a ser manifestada, loca presencia del afuera en el adentro.
El arte es la frontera que reúne en la separación; línea fractal como apertura y cierre de la fisura. Fragmentación, multiplicidades nómadas que dibujan oleajes entre umbrales. Cortinas de los párpados plegados inmediatamente a lo material de la luz que ciega e ilumina. Comisuras de los labios, inicio y muerte de la palabra.
La frontera se suscita a partir del encuentro del otro en la periferia de sí mismo. Impermanencia, división ecléctica de la esfera. Diluida en el deseo, la frontera se altera constantemente en senderos que se bifurcan y se desvanecen.
Frontera y espanto: Libro centroamericano de los muertos, de Balam Rodrigo
Andrés H. Serrano
Tema entrevista
Doce años después, me niego a creer que esa violencia ha desaparecido. Lo creería si hubieran desaparecido las huellas ensangrentadas y el rancio olor a semen de la trata de mujeres, las insomnes ansias de cocaína en las calles, los cuerpos descuartizados, salpicados en bolsas plásticas por los caminos polvorosos, las jornadas en “antros” que acaban con 7 personas ejecutadas en la barra.
Centroaméxico: centroamexicanidad = mexicanidad + centroamericanidad
Balam Rodrigo
Tema entrevista
Lo más trascendente en términos identitarios y geopoéticos es que las evidentes huellas de la centroamexicanidad, aunque dispersas, se hallan escritas y están insertas en cientos de libros de poesía, por lo que pueden seguirse, rastrearse e identificarse en la poesía escrita en Chiapas desde hace más de un siglo.
Del traductor como creador de fronteras
María Helena Barrera-Agarwal
Tema dossier
El traductor piensa habitar un plano superior al autor, desde el cual puede introducir cambios que ‘enriquecen’ el original. Esa impresión se confirma con la lectura de Las cuatro hermanitas: la presencia del traductor dista de ser neutral.
El libro y sus metamorfosis: apuntes para una crítica a los procesos de lectura dentro de la cultura digital
Rommel Aquieta Núñez
Tema libre
... repensemos el sentido que los libros tienen en nuestra vida todavía. Escarbemos en esas tachaduras y anotaciones al margen que guardan algunos de nuestros libros físicos más preciados y consideremos en su materialidad palpable aquello que los convierte en testimonios irrefutables de una época.
La poética de Ana Blandiana
Viorica Patea
Tema entrevista
...el escritor de los países del Este siente la misma necesidad de dar a conocer su experiencia en nombre de los que ya no están o de aquellos que siguen sufriendo bajo otra forma de totalitarismo. La mayoría de estos autores son conscientes de su condición de testigos y de la necesidad de explorar los agujeros negros de la historia, aquellas verdades prohibidas que las autoridades quieren borrar de la memoria colectiva, pero sin cuyo conocimiento la vida no podría continuar con normalidad. La escritura testimonial se perfila como la expresión de una actitud ética ante el mundo.
¿Puede la poesía salvar el mundo?
Ana Blandiana
Tema entrevista
el mundo debe ser salvado a través de la poesía y la poesía puede salvar al mundo. Y a este optimismo, sin pizca de duda y tal vez de mesura, se sumó la inesperada idea de que no basta con escribir poesía, sino que hay que trasladarla al centro del mundo.
Tres escritoras versus la autor-idad
Guillermo Morán Cadena
Tema libre
El lenguaje es fundamentalmente colectivo, no puede existir de otra manera. La desapropiación nos invita a recordar esto de manera «crítica y festiva», a cuestionar la idea de genio o autoría cuando los textos necesariamente se producen gracias a otros textos, a otros cuerpos.
La silla vacía
Luis Humberto Crosthwaite
No hay Frontera si no existe la necesidad de cruzar. Existen los cercos para mantener afuera lo que no se desea adentro, cierto; pero esas barreras no tendrían razón de ser, un sentido, si alguien no intentara cruzarlas. O sea, el límite prevalece porque hay quien desea traspasarlo. Toda Frontera existe solo en la imaginación del que desea franquearla. Es un invento del que vive enfrentándose a ella. Un binomio perfecto.
Un tipo de inercia
Andrés Cadena
Frank condujo distendido sin acelerar demasiado. Íbamos con las ventanas —en ese modelo, sin marco— completamente abajo, y entraba envolviéndonos el aire de octubre, aún tibio. Frank dejaba colgado su brazo izquierdo por fuera de la ventana, como apropiándose no solo del vehículo sino de todo el entorno.
Lo que fue el futuro
(fragmento de novela)
Daniela Alcívar Bellolio
El paisaje es verdísimo y extenso, las hondonadas como prados interminables, en ellas caben mundos enteros de silencio y viento. En Guayaquil nunca conocí la amplitud, todo era diminuto o abarrotado. Ahora todo se extiende, todo aparece con su intensidad gris azulada y verde: es la piscina larga y rectangular que en las tardes, cuando ya todos los alumnos se fueron a sus casas, en esa soledad única de las escuelas después de clases, en las horas muertas en que el silencio parece más total que en cualquier otro lugar del mundo....
Una pequeña acordeonista
Adolfo Macías Huerta
...¿Te gusta la música?
Yo asentí sin dejar de mirar con temor su porte hierático. Ella se inclinó y estiró una mano, la extendió malamente y la colocó sobre mi pecho, como se posa la garra de un ave sobre su presa.
—¿Y sientes cosas aquí?
Mi corazón saltaba como loco. Nuevamente asentí con la cabeza. La mujer fijó en mí las dos bolas dolorosas que remataban su calavera e insinuó una sonrisa desgarrada.
—Entonces has sido tocada por la mano izquierda de Dios.
Ger Villeneuve
René Peraza
Para construirse su imagen de Tío Sam, deportó a una familia que recién llegaba al país. Gritaba pestes sobre ellos: “Malditos indigentes, pedazos de mierda”. Una vez, se los cruzó en la calle y les escupió. “Aquí no hay lugar para ustedes, fuckin´, wetbacks. Fuckin´ latinos”, despotricaba como si él no tuviese algo que ver con ellos.
Imitación de una pesadilla
Ana Blandiana
...Tenía la sensación de que me estaba desnudando, arrancándome a trozos la ropa y sintiendo cada vez más frío, pero no podía parar y desgarraba los últimos pedazos, los últimos harapos. Y, mientras lloraba e imploraba, intenté agarrarme a la manga de aquel hombre, que, contrariado e incómodo, se alejaba mascullando...
Cuerpo de mi cuerpo
Jéssica Zambrano Alvarado
Con la voz aún más leve me dice que la arrope, que tiene frío, aun cuando la ciudad está a casi treinta grados y la humedad tiñe los limones con pintas grises de hongos y me tiene empapada de sudor.
Pero ella se estremece.
Dice que el frío se le ha instalado en los huesos y no la suelta.
Medellín
Santiago Vizcaíno
No pensaba sino en la caída del espasmo, en la elevación del deseo que se hacía una bola en el espacio de la pared. Todo era cierto para mí, pero no para ella. Entonces la nube se hizo grande, tan grande como el oscuro resplandor en que un hombre se pierde. Y ella se desvaneció en ese espacio hasta volverse una diminuta figura que reventaba y latía en mi cabeza.
00572
Julia Rendón
Le ha explicado mil veces cómo es el plan. Le ha dicho mil veces qué exámenes son obligatorios, qué ejercicios tiene que hacer, qué tiene que decir, en dónde tiene que parir, con quién no tiene que hablar, qué tiene que contestar a cualquier pregunta, qué fotos debe tomarse, dónde debe estar...
Mariachi
Juan Villoro
Me encantan las mujeres jóvenes de pelo blanco. Brenda tiene cuarenta y tres pero su pelo es así desde los veinte. Le gusta decir que la culpa fue de su primer rodaje. Estaba en el desierto de Sonora como asistente de producción y tuvo que conseguir cuatrocientas tarántulas para un genio del terror. Lo logró, pero amaneció con el pelo blanco.
«Es de enorme importancia que se escriba gran poesía, pero no importa en absoluto quién la escriba».
Ezra Pound
Selección de poemas
Balam Rodrigo
Todos los días veo pasar a las hileras de muertos,
a los que migran sin llegar a Estados Unidos:
parvadas de cuerpos en pena, tristes figuras humanas,
barro entre los insomnes dedos de Dios.
Yo, primogénito de los migrantes muertos,
los recibo con un racimo de filosos machetes
en lugar de brazos, iluminado por la cara oculta
de esta luna leprosa:
bienvenidos al cementerio más grande de Centroamérica,
fosa común donde se pudre el cadáver del mundo.
Bienvenidos al abierto culo del infierno.
Welserland
Víctor Manuel Pinto
Me burlo de los machos que se matan levantando desviadas sus quijadas
Me burlo de los machos que se tumban la paja de los hombros con un golpe
Me burlo de los machos que se niegan el placer apretado en sus anos
Me burlo de los machos que se miran como orina expelida en los postes
Me burlo de los hombres que no prueban objetivos la ciencia de su semen
Ayes del destierro
Andrea Sofía Crespo Madrid
me siento a la mesa y escribo
con este poema no harás la revolución
no dormirás el hambre
con estos versos no dejarás de ser extranjera
no vivirás el tiempo de a sorbos
ni despertarás a la fecha en el pasaporte
con este poema no desmentirás la revolución
ni alcanzarás la palabra inocente
con estos versos no podrás despedirte de nadie
ni besar a tu madre
no tendrás asilo en la nostalgia
no conjugarás presencia o espera
Poemas inéditos
Carlos Vallejo
Es una lástima podrida que no tengas
una pistola de verdad. Una lástima que solo
la tengas en Literatura, Don Palabritas.
¿A quién vas a matar? ¿A una hoja de tu cuaderno?
¿A tus besos mecanografiados en soledad?
¡Dispárame, muchacho, con tu plumaza!
moriré metafóricamente; es más, diré
que se ha muerto toda nuestra literatura
de un solo tiro.
Asoman las muecas de antes de la guerra
Ana Blandiana
...Tenía la sensación de que me estaba desnudando, arrancándome a trozos la ropa y sintiendo cada vez más frío, pero no podía parar y desgarraba los últimos pedazos, los últimos harapos. Y, mientras lloraba e imploraba, intenté agarrarme a la manga de aquel hombre, que, contrariado e incómodo, se alejaba mascullando...
Dos metros cuadrados de piel
Ramona de Jesús
...miedo a vivir las historias; miedo al escribirlas; a los gritos sordos las compañías telefónicas; las ambulancias; los pasillos oscuros los adverbios; miedo a lo que se dice en el tiempo del silencio a las canciones en repeat; a la tragedia que desencadena el encuentro entre un cuchillo sin filo y un tomate maduro; miedo a enviar todas las cartas...
Americana-lcd
Luis Correa-Díaz
cuando digo America / América,
yo, que vengo de ésta y vivo
en aquélla, no sé qué pronuncio,
pero seguro estoy de que mudo
como a last man me muevo
en un desierto sonoro poblado
por las sombras de los árboles
que existieron cuando todavía
no había llegado nadie a morir
aquí, que existirán enverdecidas
cuando hayamos muerto todos
y sean ellos los que canten
al cielo, olvidados de nosotros
'Aquí no es un canto general, es un llanto general'
Diálogo con Balam Rodrigo, por Juan Romero Vinueza
Balam Rodrigo es uno de los poetas mexicanos más importantes de las últimas décadas, además de ser uno de los más laureados. Conocí su obra antes de llegar a México a través de fragmentos de sus libros publicados en portales web. Ya en México adquirí algunos de sus libros y me aproximé mucho más a su escritura. Llamaron mi atención, particularmente, los libros vinculados con el tópico transfronterizo y migratorio. Es así que hace un par de años conocí a Balam en un encuentro en Ciudad Juárez, precisamente acerca de la educación y la lectura en contextos fronterizos. Es por eso que para cerrar la novena edición de Elipsis, que abarcó el tema Frontera, hemos entablado este diálogo con Balam para aproximar a los lectores a su obra, así como a varios de los problemas sociales, culturales, económicos y lingüísticos que se tienen al vivir y escribir desde una frontera.
Las dimensiones humanas
Diálogo con Adolfo Macías Huerta, por Juan Carlos Arteaga
Cuando llego a la casa de Adolfo Macías Huerta, él mismo abre. Está vestido como suele hacerlo: pantalones jeans y camiseta. Saluda efusivo. Tenemos un abrazo y la complicidad de haber compartido durante años algunas claves para penetrar en su universo narrativo. Cada uno de sus libros, de alguna forma, se ha convertido en un recorrido por el que, como lector, he transitado asombrándome siempre de su capacidad para construir personajes que exploran los dolores humanos. Subimos las escaleras despacio. Él, simple pero efectivo —esa es una de las premisas de la Terapia Gestalt, que practica en su rol de psicoterapeuta—, decidió que la entrevista sea en la intimidad de su hogar. No teme mostrarse en lo ordinario de su cotidianidad, donde está comprometido con la escritura. Adolfo Macías Huerta tiene una trayectoria de más de 30 años, pero continúa trabajando cada libro como si fuese el último o como si fuese el primero: la misma expectativa. Entonces, con la cercanía de nuestra amistad, me ofrece un café y nos sentamos en su sala. Sus gatos caminan por los sillones. Aunque parezca un estereotipo, en su caso, esos animales se vuelven parte de su flujo vital. Y así, cómodos y mirándonos a los ojos, volvemos a nuestro diálogo sostenido en el tiempo. Felices, abordamos un tema que nos obsesiona a ambos: la literatura.
Obsesión por la libertad
Diálogo con Ana Blandiana, por Marialuz Albuja y César Eduardo Carrión
En estos días en que el mundo retrocede hacia la exacerbación del odio y de las divisiones, resulta vivificante haber conversado con la poeta Blandiana, una creadora excepcional que ha sobrevivido no solo al acoso de la censura en la Rumanía del siglo XX, sino también a cualquier encasillamiento debido a su postura de rebeldía. Esto significa que su lucha desde la escritura libró una batalla de doble filo: la supervivencia a través de la libertad creativa y la consecuente clarividencia para evitar que su trabajo literario e intelectual cayera en el realismo socialista que tanta fuerza cobró debido a las circunstancias en su país.
Si bien su obra demuestra un notable interés por lo histórico y lo político, su poesía ha sabido indagar en el misterio de forma auténtica, sin someterse a lo coyuntural o pasajero, lo que ha hecho de su producción un fenómeno que atañe al ser humano desde su universalidad. La presencia del dolor como fenómeno existencial, la resistencia del ser que enfrenta el paso del tiempo, mientras hurga en el enigma de la eternidad, son los móviles de una obra que se ha mantenido a salvo incluso de los conceptos dictatoriales del tercer milenio, como lo políticamente correcto y otras censuras que ella considera equiparables a las impuestas por regímenes caducos.
Ahora, cuando la guerra nuevamente se gesta en Europa del Este, demostrándonos que la historia “se prepara para reinventar la migración de los pueblos”, la poesía se sigue erigiendo como una respuesta insobornable. Y, dentro de la poesía universal, la propuesta estética y ética de Ana Blandiana constituye una puerta que nos conduce a la búsqueda de libertad. No ejercerla, sería un pecado.
La literatura de la pasión
Entrevista a Juan Villoro, por Shubert Silveira
(en español e inglés)
Juan Villoro es desde hace varias décadas uno de los escritores latinoamericanos más destacados. Su extensísima obra incluye cuento, novela, teatro, ensayo y crónica. Además ha escrito guiones para programas de radios y películas.
Es licenciado en Sociología y ha traducido del alemán e inglés a autores como Johann Wolfgang Goethe, Georg Christoph Lichtenberg, Arthur Schnitzler, Gregor von Rezzori, Heiner Müller, Truman Capote y Graham Greene.
Siempre interesado por el saber y la pasión, sus obras abordan temas tan diversos como el fútbol, la música, la ciencia, la gastronomía y, por supuesto, la Ciudad de México. Aquello que seduce y exaspera por igual es, tal vez, el punto común que unifica la obra de Villoro.
Entre varias condecoraciones, ha recibido el Premio Vázquez Montalbán por su libro Dios es redondo, un compilado de crónicas en torno al mundo del fútbol, y el premio Herralde por su novela El testigo, la cual narra el regreso a México del protagonista, Julio Valdivieso, quien luego de 24 años en Europa se vuelve el espectador de una sociedad que percibe como lejana y que, al mismo tiempo, no deja de ser la suya.
A fines de 2021 y luego de esta entrevista, Villoro publicó su última libro, La tierra de la gran promesa, una novela ambiciosa que, a través de un juego intertextual con la película de Andrzej Wajda, concentra temas que han estado presentes a lo largo de su obra: México, la violencia y el narcotráfico, el pasado y la memoria, el periodismo y el cine.
En esta entrevista repasamos junto al autor mexicano gran parte de su obra narrativa, sus influencias y su visión sobre la identidad y la cultura mexicana.
«La luz es lo que se encuentra en el centro del misterio».
Basarab Nicolescu
Poemas de 'Guayaquil'
María Auxiliadora Balladares
Kimrey Anna Batts
suddenly, when the cops threaten us with their pistols and their bullets, we turn into paper people that the wind lifts up, my hand can no longer hold on to you, and I with my new eyes I watch how you drift away, how the wind that saved us now pulls you away and drops you into the river and you’re drenched all over and you disintegrate, if I keep flying, I go inside of a cloud and I make it weep and the city gets wet and falls apart,
too late now Guayaquil, if her river swallowed you, too late now Guayaquil
Convalecer en tiempos extraños,
'El tiempo de la convalecencia', de Alberto Giordano
Sandra Araya
Reseña libro
[...] porque al leer a Giordano sientes que estás conversando con un amigo que de pronto cambia de tema, incluso de humor, durante una tarde de café, pero que sigue zigzagueando en una ruta que va de la literatura a la vida, que, para mí, son la misma cosa.
Sacrificio: la escritura como ofrenda necesaria
‘Sacrificios Humanos’, de María Fernanda Ampuero
Andrea Armijos Echeverría
Reseña libro
Cuando los elementos constitutivos del miedo y el repudio se acumulan así, cuando las comas se convierten apenas en residuos separadores de una carga del abismo que es lo monstruoso, las sensaciones atraviesan la trama y se vuelven inyecciones sinestésicas.
La desnudez de lo pequeño. 'Caballo y Arveja', de María Auxiliadora Balladares
Camila Peña
Reseña libro
...mi niño Caballo es un tenor, le tiene miedo al verde y a las guitarras, y todavía le sorprende el tamaño de los niños. Mi ojos de venado, mi niña Arveja, es una soprano, le gusta el sol, los movimientos circulares en las orejas y le da miedo casi todo.
«Nuestros ojos devuelven la luz
Y la luz el silencio
Para nunca reconocerse
Para sobrevivir a la ausencia».