Androginia
Octavo Número
_8_
La superficie del mar muestra la faz del cielo, mientras el límite interno del azogue ahonda lo profundo: los opuestos se topan en el tenue punto ciego en el que se abre el infinito. Multitudes ausentes se diluyen en cada murmullo del mar. Tantos rostros presos en la infinidad de reflejos del cuarzo; cuerpo traslúcido, marea que no cesa, gestos que se miran en cada grano de arena.
Me miro desde los rostros que horadan mi cuerpo, desde mi corva veo la ribera, desde mi pecho alcanzo a sentir la sal que corroe mis alvéolos y mi tráquea; granos de sal que dibujan estrías en la faz de mis piernas. En mi espalda palpo un rostro que no ha crecido aún. Una cadena ininterrumpida de perfiles me envuelve en la superficie fluyente del lenguaje.
Santa María: el mundo imposible de Juan Carlos Onetti
Anita Palán
Tema libre
En las calles de Santa María, la decadencia y la imposibilidad son constantes en la vida de sus personajes. El deseo por el ser querido, por la propia perseverancia y el ánimo de resurgir desde la oscuridad, para tener una vida mejor, no es viable. Los murmullos atroces y la muerte no permiten una existencia pacífica y feliz.
Fragmentar el cuerpo en tres etapas para descifrar el deseo
Iskra Sashenka
Tema libre
En la selva del Deseo somos animales, nos despedazamos enteros, devastamos al otro y también nos embriagarnos de afecto. El deseo somos nosotros en la piel de un gato, olfateando alfombras, saboreando carne y leche, trepando paredes y aterrizando, desde cualquier altura, en cuatro patas.
Balzac, el binarismo y la limitación intelectual
Manuela Irarrázabal
Tema dossier
La auto-definición del serafín –su aserción de no ser ni mujer ni hombre– juega un rol importante no solo en la caracterización de la androginia, sino también en la problematización de la forma en que el sexo es establecido en alguien.
El andrógino como símbolo fundamental de la Tradición
Sebastián Zambrano Figueroa
Tema dossier
La figura del andrógino, en tanto depositaria (predilecta) del Símbolo, constituye piedra angular del potencial epistemológico de la humanidad y del ejercicio de sus facultades materiales, psicológicas y metafísicas.
Kynódontas o la podredumbre de la lengua
Gabriel Avecilla Camargo
Tema libre
De todas las herencias de la carne, la lengua es la única que implora salvación a través de su podredumbre (la poesía), o de un exceso salival que se traduce al aglutinamiento de las palabras en las llanuras de la boca (el silencio).
Aproximación a 'En la orilla', de Rafael Chirbes
René Peraza
Tema libre
En la orilla, de Rafael Chirbes, es un libro denso en su estructura y en su temática. Es de largo aliento, se requiere tolerancia, cierto orgullo y coraje para finalizarlo. En un nivel técnico y estilístico se caracteriza por tener una prosa que no permite descansar al lector; lo envuelve y sumerge en una especie de pantano (como el que aparece en la historia) con la firme intención de que aletee fuerte y rápido en esas tremendas y magníficas páginas.
Silencio y violencia en el espacio urbano
Alexis Cuzme
Tema dossier
«Estar (¿ser?) ante un cadáver tiene siempre una dimensión sagrada, la ruptura de una intimidad, y, al mismo tiempo, una cercanía sospechosamente aterradora». Así empieza el cuento “Chico Silencio”, extraído del libro Lo mismo que el olvido (1986) de Miguel Donoso Pareja (1931-2015). El cuento relata un hecho violento dentro de una urbe, la que, según las señas, sería Guayaquil.
Los muros de la piel
Santiago Rubio Casanova
Los pies se apoyaron en alguna remota voluntad de retorno a un incierto, empolvado hogar, y la mano se arrastró del centro de la puerta a un quicio metálico y luego al borde de una pared. Las breves uñas se resistían formando imperceptibles surcos en la madera y, sin embargo, logró salvar la casa y su muro de piedra con un milímetro de espesor menos en su mano y con uno más en los recuerdos: en la amargura de un sindestino...
El extraño caso del estudiante Baudelaire
Diego Montalvo
En el suelo estaba tendido el joven. Tenía los brazos y las piernas abiertos. Zinat le destapó la cabeza de la sábana blanca. Tenía un profundo corte en el cuello que casi le había decapitado. En el pecho tenía otra cortada bastante pronunciada. Tenía un ojo vaciado y el corazón extirpado. Bajo la cama, Zinat halló varias botellas de licor.
Río
Mariana Moreno
Tomando con fuerza la mano de su padre –y después de pensarlo tanto– finalmente le preguntó:
–Papi, ¿a qué edad las niñas se convierten en niños?
Su padre sonrió, bajó la mirada hasta posarla fijamente sobre sus aún ingenuos ojos y le explicó, con un tono imponente pero dulce, que esa metamorfosis era imposible...
La madre que puedo ser
Paulina Simon Torres
Al volver a mi niño interior encontraré en él a mis hijos y sabré mirarlos a los ojos y decirles cuánto los amo y cuánto espero que nadie nunca les haga daño y que espero no hacerles daño yo con mi inocencia perdida... ¿Qué es lo real en la maternidad? Me leo y siento que mi humanidad se ha dividido en varias formas de ser...
Los ojos del ciprés
Gabriela Verdezoto Landívar
En el espejo que todavía colgaba detrás del piano se encontró con el reflejo del gran mueble de ciprés, embellecido con el tiempo, con esos ojos negros que son el pedigrí de la madera clásica. Dio la vuelta, se acercó al armatoste e intentó abrir el primer cajón. No pudo.
Fiodora y las moscas
Daniel Félix
Me dejo caer al piso. Lo veo como quien mira por una ranura. Lo poseo con mi pensamiento. Hay cosas que llegan, sin forma ni cuerpo; hay roces sin encuentros; hay hambres que no son compartidas; hay que saber llegar y saber salir de las tinieblas; hay que dar las nalgas, qué importa.
Yasuhiru Matsui: La leyenda de una oruga que se convirtió en mariposa
Fernando Prieto
Hay quienes afirman que el primer corte fue decisivo. Un corte seco y sin pausa. Al inicio lanzó un grito de dolor y luego un gimoteo largo intercalado por pequeños quejidos. Miró al piso. Allí estaban desperdigados los dedos ensangrentados de su pie derecho y la sangre que escapaba a borbotones, aunque usó un hacha al rojo vivo para cauterizar la herida. Sintió mareo y estuvo a punto de desmayarse.
El abuelo
Nicolás Esparza
Mi abuelo también era mi abuela. Lo confieso sin recelo: mi abuelo era mi abuela y no lo digo como quien aplaude acaloradamente la doble función que alguien realiza luego de la muerte de su cónyuge, no. Lo mío es tal y como el viento lo hace sonar: mi abuelo era mi abuela, pero no siempre fue así.
«Es de enorme importancia que se escriba gran poesía, pero no importa en absoluto quién la escriba».
Ezra Pound
Selección de poemas
Yolanda Pantin
Las mujeres solas miran el paisaje
y se diría que son amantes
de las aceras/ de los entresuelos/ de las alcantarillas/ del subsuelo
de los subterfugios
Las mujeres solas están sobre la tierra al igual que sobre los árboles
les da igual porque para ellas es lo mismo
Las mujeres solas recitan parlamentos
estoy sola
y esto quiere decir que está con ella
para no decir que está con nadie
tanto se considera una mujer sola
Las primeras palabras
René Espinosa C.
Inmóvil, mi casa es la misma,
y yo al atardecer, parado en el centro, dejo de moverme,
el recuerdo y el hoy son solo tiempos verbales.
Se detiene junto a mí un ser pequeño con cara de susto,
me atraviesa un adolescente que corre a la parada,
se arrastran varios seres con los ojos llorosos de vuelta a su cuarto,
se ríe un niño sin dientes que mira a su madre,
mi tristeza abraza el mundo.
Poliamor Town
Issa Aguilar Jara
Polímero... porque la unión es el resultado de una naturaleza maldita.
Polivalente... porque eso de los valores es tan, pero tan relativo.
Políglota... porque hasta los libros de ficción que contienen mandamientos de ficción se traducen a varios idiomas.
Polizonte... porque es tan justo como necesario que el viaje y la migración sean libres de paga.
Fragmentos para armar una ciudad debajo de un asterisco
Luis Franco González
Yo quería conducir esta inmensidad con mi dedo deforme y decir
aquí en este silencio
hay un paso perdido que penetra con una respiración agitada otro escenario donde esta
[ciudad me encuentra inestable golpean los fragmentos para colorear este cansancio
A dónde volver
Andrea Cabel
Todo el día de hoy es madrugada: mi sangre, el tiempo, la forma como pesa tu ausencia,
mi boca desollada interrumpiendo el poema que escribo.
Todo el día de hoy es madrugada y mientras logre ver reflejos en el río, mientras logre recoger este aprendizaje, podré vaciar este cuerpo que me ocupa.
‘El paisaje para mí es una pérdida, la pérdida del paisaje original’
Entrevista a Yolanda Pantin, por Pamela Rahn Sánchez
Mi primer encuentro con la poesía de Yolanda Pantin surgió de un taller que tomé en 2016 con otro poeta y profesor venezolano, Samuel Gonzales Sejias. En él, nos sentábamos a discutir los poemas de Yolanda con una paciencia y un cariño muy bonitos. Este taller me dio la oportunidad de realmente adentrarme en su poesía, de escuchar sus imágenes leídas por otros poetas, estudiantes, profesores, amas de casa, cantantes, etc. Todos intentando descifrar o, más bien, apropiarse del misterio que hacía la poesía de Yolanda tan maravillosa, de todo lo que no decía, de la ausencia de la que hablaban sus imágenes y de cómo ella construía a distintas mujeres que eran ella, pero a la vez no. Disfrutaba de cómo, a veces, se burlaba de lo doméstico y cómo reivindicaba esa tristeza tan propia de la esencia femenina, llenándola de un cierto sin sentido que me hace sentir libre al leerla. Para estudiarla me compré uno de los tomos más grandes que tengo en mi biblioteca, su antología sacada por Pre-textos, titulada País. La vida de Yolanda y su familia fue una historia de ruina familiar, de dolor y de caballos muertos, que se fue transformando. Sus primeros libros tienen esa tradición fundacional de la construcción/destrucción de la casa, que es tan poderosa —resonó, además, con la historia familiar de mi padre y me conmovió profundamente—, así como la historia detrás del encuentro del letrero de Calicanto, la casa donde muchos de los grandes poetas venezolanos se reunían junto a Antonia Palacios a leer. Yolanda y yo nos hemos encontrado un par de veces, y siempre me sorprenden su humildad y sus descubrimientos. Es de esas poetas que no pierden la curiosidad y continúan creando porque encuentran cierta belleza —a veces pura, otras veces amarga— en lo mínimo. Creo que es algo que se nota en esta entrevista y en sus poemas. Espero que la disfruten.
El cuerpo es un territorio político
Entrevista a Issa Aguilar Jara por Sandy Vallejo
Poliamor Town, así se titula el último libro de la poeta cuencana Issa Aguilar, quien, anteriormente, en Con M de mote se escribe mojigata ya nos había descolocado con su crítica a la sociedad curuchupa cuencana. En esta ocasión, describe a la mujer que ahonda distintas prácticas eróticas, el amor, los vínculos amistosos y filiales, en un país donde subyacen actos de pedofilia y xenofobia; a través de la voz singular, firme y descarada que caracteriza a su autora.
El museo de la novela
Entrevista a Diego Vecchio por Shubert Silveira
Diego Vecchio nació en Buenos Aires en 1969. Es traductor, ensayista y escritor. Tras finalizar sus estudios en Psicología se radicó en París, donde se doctoró en Literatura con una tesis que en 2003 se publicaría en forma del libro Egocidios: Macedonio Fernández y la liquidación del Yo.
Sus novelas y relatos derrochan humor, imaginación y creatividad, así como una original manera de convertir en literatura discursos tan heterogéneos como los de la medicina, psiquiatría, antropología, etnología o lingüística.
Su primera novela, Historia calamitatum (2000), aúna en una trama epistolar que se vuelve paródica, con formas literarias tan diversas y ricas como los relatos de viaje y las confesiones. Su libro Microbios (2006) es una obra excepcional que reúne nueve relatos sobre diferentes letrados que llevan su cuerpo como carga y distintivo; un canto a la anatomía que vuelve a la literatura enfermedad y a la enfermedad literatura. Con Osos (2010), Vecchio vuelve a desafiar las fronteras y la literatura se vuelve adorable y feroz en medio del insomnio, en un texto que narra el vínculo de un pequeño niño, Vladimir, con su oso de peluche.
Su última novela, La extinción de las especies, fue finalista del Premio Herralde en 2017 y en ella ficcionaliza el reverso del famoso tratado de Charles Darwin. Vecchio relata la obsesión por los museos, los fósiles, la taxonomía y el origen de la vida en el planeta.
En esta entrevista repasamos su obra, su vínculo con la literatura y las lenguas, así como su labor docente en la universidad Paris 8.
«La luz es lo que se encuentra en el centro del misterio».
Basarab Nicolescu
La morfología de Serafín
Marian Ecarri
Traducción al español por Juan Romero Vinueza
Hay un tipo de ángeles en el cielo conocidos como 'Serafines', palabra que podría traducirse como 'aquellos que arden'. Algunos se refieren a ellos como bestias, gracias a sus sorprendentes cualidades físicas: poseen seis alas y eternamente están cubiertos por llamas.
Las abominaciones
Corentin Carlier
Traducción al español de Helena Unzué Gros
...una espuma nueva se acerca a tu pecho, soberbia fragata, de olas tónicas y crueles; es la Idea, la soberana del vicio y del amor inventado; es la Idea, paso cruel de lo inefable en tu camino; es la Idea, la gran sacerdotisa de ojos rojos; es la Idea, ¡oh la redención del señor asegurada!
Lo sé, pero no debía
Marina Colasanti
Traducción de Rafael Climent-Espino
Y, como no miramos afuera, después nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas. Y, porque no abrimos las cortinas, después nos acostumbramos a encender antes la luz. Y, a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos la amplitud.
'Sanguínea'
Gabriela Ponce
Traducción al francés por Jeanne Bollée
Nous arrivâmes à la rive et je me déshabillai, me couvrant la poitrine des mains et pleurant pour une chose si grave qu’elle pouvait à peine se penser, une chose si grave qu’elle en devenait neutre, elle n’était ni immobile ni en mouvement et elle avait existé depuis toujours.
Mariposa negra / Papillon noir
Yannick Haenel
Traducción de David Pinto
- - - - - - Estoy al borde de un precipicio - todas las mujeres - están al - - borde de un - - precipicio - siempre lo han estado - solo al borde de un precipicio la palabra puede realmente nacer - - - y aquella que se lanza al precipicio se encuentra un susurro - esta noche quisiera susurrar
Cuentos de Enrique Jaramillo Levi
Rafael Ángel Herra
Reseña cuentos
Esta literatura posmoderna recoge una tradición cuyos inicios parten de aquel autor que inventó los trucos de la novela moderna. En el Quijote aparecen ya los recursos del texto en el texto, la locura y la ficción en la realidad, el ego en crisis, las contradicciones del narrador, la multiplicación del narrador para contar un suceso, la escisión del sujeto, etc. Puede decirse que Justicia poética pertenece a esa tradición literaria.
Escribir como saltar de un tren en movimiento
Fernando Albán
Reseña libro
Desde el umbral mismo del texto, en el momento del epígrafe, un hombre dibuja una puerta en la piedra, que solo permite el acceso a aquel que realizó el trazado, sugiriendo así que la escritura queda encerrada en el sutil espacio abierto entre la piedra y la puerta: el poema está consagrado a la soledad.
‘Solo joto’ o la escritura de la voz desde el cine al sur
Esteban Jijón
Reseña libro
Iñaki Mori (des)escribe la experiencia colectiva del cuerpo deseante, del homoerotismo que en tensión se teje detrás de la enmascarada de la masculinidad. Solo joto es la sexualidad desbrozada en la imagen y en el sonido de los personajes del cine mexicano.
Una niña como Dios no manda
Natalia García Freire
Reseña libro
...Margo tampoco es como las princesas de mi infancia que invocaban a los pajarillos y cantaban con los venados en un idilio romanticón con el mundo natural. Margo Crane es una mujer que conoce el bosque, que mira en el entorno natural una extensión de ella misma; algo que el hombre desea, pero no entiende.
El cuerpo extraño del relato en 'Jaulas', de Mauricio Montenegro
Alejandro Gordillo
Reseña libro
Los cuentos de Montenegro huyen del tono confesional porque no son meros recuentos de victimización: diseccionan al trauma, lo miran de cerca, pugnan por descifrar su núcleo irreductible para fijarlos en el drama y abstraerlos de la región de lo fantasmático.
El «X sin X», El Neutro, en Thomas el oscuro de Maurice Blanchot
Fernando Albán
Reseña libro
Al borde del mar, en la recepción del murmullo interminable de las olas que se baten las unas contra las otras, comienza el relato Thomas el oscuro. Inmóvil, Thomas sigue los movimientos de los nadadores. Luego, sujeto a la atracción de las olas, se desliza en el vacío, se dispersa en el pensamiento del agua.
'Encuentros homosexuales con Pancho Jaime', de Tibiezas Dager
José Luis Roldán
Reseña libro
Existen muchos caminos posibles para exorcizar los dolores, las pasiones y las bellezas que, como seres sensibles, florecen en nuestras frentes. Están las riñas, rápidas y calientes, cuerpo a cuerpo, que jadeantes expulsan los dolores y culpas entre alaridos y ovaciones.
Sobre lo divino y lo heroico en el ‘Evangelio del detective formidable’, de Roberto Ramírez Paredes
Rosa Inés Padilla Y.
Reseña libro
Hace años que conozco a Roberto. He leído sus cuentos, incipientes novelas e ideas creativas desde hace aproximadamente doce años. Doce años de una confianza que solo se puede lograr con el tácito acuerdo de la sinceridad.
Alucinación: el juego de las percepciones
Cecilia Dávila
Reseña libro
Anar Rasul nació en Azerbaiyán en 1938. Vivió la época en que su país formaba parte de la Unión Soviética, así como su independencia en 1990, que desencadenó la compleja guerra de Alto Karabaj, una zona entre Azerbaiyán y Armenia que se encuentra en conflicto hasta el día de hoy.
«Nuestros ojos devuelven la luz
Y la luz el silencio
Para nunca reconocerse
Para sobrevivir a la ausencia».